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Históricos del PP vasco se unen con Ciudadanos en la plataforma Foruak Orain

Jose Manuel Gil afirmó que el entendimiento y el pacto con el PP en el País Vasco siguen absolutamente vigentes.

Este domingo se celebró en Bilbao la cuarta reunión de la Plataforma Constitucionalista Foruak Orain para celebrar el primer aniversario de su fundación, que tuvo lugar en el mismo marco de la Sociedad Bilbaína el 5 de marzo de 2022 y después se han venido celebrando sucesivas reuniones en Vitoria (30 abril de 2022) y San Sebastián (12 de noviembre de 2022).

La novedad de esta asamblea fue la incorporación a la plataforma de José Manuel Gil, parlamentario vasco y presidente del partido Ciudadanos en Euskadi. La reunión se desarrolló en un clima de confianza y camaradería con políticos con largo recorrido en el PP vasco de la talla de Ramón Rabanera, Antón Damborenea y Carlos Olazabal, así como con otros en activo como Iñigo Arcauz, para hacer un diagnóstico de la actualidad política vasca.

En este sentido, tanto el José Manuel Gil como los históricos del PP vasco hicieron suyo el reciente discurso de Inés Arrimadas en el Congreso de Diputados en el que denunció la opacidad del actual Cupo Vasco. Lo que de novedoso tiene este discurso de Arrimadas es que no cuestiona el Concierto Económico, desde el momento en que está contemplado en la Constitución, sino la forma poco transparente a la hora de calcular el Cupo Vasco y de usar como instrumento oscuro de negociación con los Gobiernos centrales.

La plataforma se creó desde la defensa de la foralidad, como rasgo singularizador de las tres provincias vascas. Y desde la que propone la descentralización de las estructuras políticas del país, ante una ofensiva nacionalista centralizadora cada vez más evidente, que se demuestra en que el partido en el poder, el PNV (con la anuencia del PSE en este punto) reduce a las diputaciones y a los diputados generales a un perfil cada vez más bajo de actividad política, y por el que competencias nuevas como ingreso mínimo vital o ayuda para vivienda, en las que es evidente el carácter de asistencia social de las mismas (materia propia de las diputaciones), por no hablar de la reciente competencia de prisiones, son asumidas por el gobierno central vasco sistemáticamente.

El reciente debate en el Congreso de los Diputados sobre la renovación del cupo vasco y el discurso de Inés Arrimadas al respecto permitió entrar en materia sobre el tema siempre controvertido del Concierto Económico Vasco. Se realizó un análisis económico del asunto en el que se huyó de visiones maniqueas.

Sobre la base de un profundo desconocimiento en la ciudadanía acerca del origen de los Conciertos Económicos vascos y sobre todo del cálculo del cupo, hay una mayoría que los identifica con un privilegio y que los asocia al nacionalismo, por lo que cualquier manifestación al respecto va teñida de ambas connotaciones.

Se constató asimismo la dificultad y los riesgos que implica, por tanto, intentar hacer pedagogía al respecto porque siempre llevará a tener que justificar su carácter de privilegio nacionalista hacia el resto de España y la incomprensión de la ciudadanía vasca, que gracias a ello mantiene un muy buen nivel de bienestar en relación con la media española.

Sobre dicha problemática, donde se hacían patentes las diferencias entre PP y Ciudadanos, se convino en que hay dos principios incuestionables para todos los asistentes como es el de la españolidad incuestionable, con un componente de sentimentalismo que trasciende cualquier análisis económico, y nuestra demanda de libertad, en un País Vasco cada vez más controlado por el nacionalismo en sus dos manifestaciones, PNV y Bildu y con la anuencia de un Estado español en el que los equilibrios de poder de los partidos mayoritarios siempre pasan por su apoyo en los partidos nacionalistas, rasgo de nuestro sistema político que ha permitido a estos últimos una posición de poder en el País Vasco difícilmente cuestionable.

En la reunión quedó constatado el hecho de que la libertad en el País Vasco está bajo mínimos y habría que reclamar su mayor presencia en todos los campos donde la ideología nacionalista más se esfuerza en inculcar sus principios, como son el eusquera, el acceso a la función pública, el control de los medios de comunicación públicos y sobre todo las manifestaciones públicas de identidad colectiva, donde resulta sistemáticamente excluida la afección a España que muchos ciudadanos vascos sostienen en el ámbito privado.