El apoyo ciudadano al nacionalimo en Cataluña apenas llega al 50% de la población. Por este motivo, los ideólogos del marketing separatista han rediseñado su estrategia para conseguir «de forma eficaz, efectiva y definitiva» la república catalana.
El objetivo se centraría en declarar la independencia en un plazo no superior a cinco años. Para ello, algunas personas de confianza de Roger Torrent trabajan intensamente en elaborar una hoja de ruta que, en primera instancia, pasaría por los siguientes puntos:
1.- Cambiar las leyes catalanas que posibiliten investir a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat condicionada a que vuelva a poner en vigor las leyes aprobadas por el Parlament de Cataluña y anuladas luego por el Constitucional.
2.- Implementar la república, y no aceptar las sentencias de la Audiencia Nacional ni del TC. “Hay otros temas sociales en los cuales ya hay bastante consenso, donde se incluyen medidas como la retirada de subvenciones a las escuelas que segreguen por sexo o la reversión de la privatización de la compañía Aigües Ter-Llobregat. En esos temas ya hemos llegado a acuerdos. En estos momentos, faltan por cerrar los flecos de temas en clave nacional, porque si hay acuerdo en los temas nacionales, el pacto se cierra, debido a que los temas sociales ya están atados”, añaden las fuentes.
3.- Conseguir la libertad de los «presos políticos» mediante presión popular. Para ello, el amarillo será el color que deberá estar presente -en forma de lazo- en todas las fiestas, reuniones, concentraciones, carreteras, instituciones públicas así como intervenciones de todo político, funcionario o ciudadano independentista. La consigna de Roger Torrent pasaría por «inundar Cataluña de lazos amarillos» hasta conseguir la libertad de sus presos.
4.- Los voluntarios de las asociaciones nacionalistas deberán «detectar» a aquellas personas contrarias a la independencia y provocarles un «impacto personal inmediato y continuado que les obligue a abandonar la república». Para ello, será aconsejable valorar al ciudadano encuadrándole en el «tipo de persona» para ofrecerle una respuesta adeucada. Los «impermeables» y los «convencidos» requerirán medidas drásticas (no escritas en ningún manual pero sí sugeridas), como escraches, negación al derecho al trabajo, acceso a servicios o hacerles saber que no son queridos.
5.- Movilizar de forma presencial a las bases del independentismo y a sus distintas plataformas (ANC, Ominum, AMI, CDR, etc.) para intensificar las labores informativas sobre «toda la ciudadanía» sobre una «España heredera del franquismo que sólo sabe humillar y castigar» y, por ende, crear la necesidad de un nuevo estado libre.
6.- Intensificar los mensajes de libertad e independencia en los medios de comunicación públicos y privados. Para ello, entre otras cosas, se «aconseja» a comercios, bares y centros de reunión sintonizar de forma permanente radios y televisiones que difundan las bondades del futuro nuevo estado.
