Inicio Destacadas La catequesis LGTBI en los colegios desplaza a la catequesis de la...

La catequesis LGTBI en los colegios desplaza a la catequesis de la Iglesia

Custodio Ballester Bielsa (*).-  Sus centinelas son ciegos, ninguno sabe nada. Todos son perros mudos que no pueden ladrar, soñadores acostados, amigos de dormir (Isaías 56,10).

El movimiento LGTBQI está actuando como una “iglesia”, como la nueva religión sobre la que se construirá la Nueva Era. En este momento, el censo de catequistas destinados a la reconversión sexual de la humanidad está compitiendo seriamente con el censo de catequistas católicos. ¡Y no digamos los censos! Los presupuestos públicos y privados del enorme ejército de catequistas adscritos a la instrucción sexual de los niños y niñas en toda clase de aberraciones sexuales, suministrada mucho antes de su maduración cognitiva y sexual: esos presupuestos son monstruosos… ¡millones de euros! Además del Estado, cada Ayuntamiento, cada Comunidad Autónoma y cada chiringuito LGTB sostenido por esos presupuestos públicos, tiene a su vez una línea presupuestaria tan potente y un ejército tan nutrido de asalariados destinados a ese fin, que dejan ridículas las dotaciones económicas y catequistas destinados por la Iglesia para enseñar su doctrina.

Por cierto, ¿hay alguien que se atreva a trazar la línea que separa la instrucción sobre la gran variedad de formas de expresión sexual y familiar y la corrupción de menores? Los medios nos sorprenden a menudo con la creatividad didáctica de los profesionales del sexo para niños. ¿Y sabe alguien de criterios de formación, selección y fiabilidad moral de todos esos profesionales del sexo para las escuelas?

Han saltado todas las alarmas cuando hemos visto que el único partido político que se oponía frontalmente a esa aberración presupuestaria y por supuesto programática en la Comunidad Autónoma de Murcia, ha tirado la toalla. Por mucho que justifique el apoyo que Vox ha dado a la investidura del candidato del PP para la Asamblea de Murcia, con la falacia de no hacerse responsables de unas nuevas elecciones de resultado incierto, el pacto ha resultado una filfa. El compromiso firmado por los tres diputados de Vox y PP-Ciudadanos en el que se implementarán inspecciones para que se cumplan las condiciones del consentimiento informado de los padres para las charlas LGTB, no ha pasado de ser un brindis al sol. Ni siquiera VOX ha exigido que los juristas de la Asamblea dictaminen sobre la inconstitucionalidad de la mayoría de los artículos de la Ley LGTB y se modifique así el reglamento. La Ley LGTB para el adoctrinamiento gay en las escuelas tiene prevista ya la dotación presupuestaria para empezar el próximo curso a pervertir sexualmente a 17.000 alumnos de primaria y secundaria de la sierra murciana. Los Cursos de formación del profesorado en doctrina homo-lésbica están programados y presupuestados, y las millonarias subvenciones al activismo gay también y, lo que es peor… la Gestapo ideológica del Observatorio LGTBI, que multará a los que discrepen públicamente del pensamiento oficial auspiciado por PP y Ciudadanos. O sea, que el poder ejecutivo se convierte en judicial y sancionador… y Vox ha tragado, al menos allí.

Y algo parecido estamos a punto de contemplar en la Comunidad de Madrid. Se entiende perfectamente: porque como se trata del partido descalificado por todo el sistema mediático como de extrema derecha, ya no es necesario pararse a pensar si lo que propone es sensato o no. Es de extrema derecha y punto. Es decir que luchar contra la institucionalización de la corrupción de menores en la misma escuela, es de extrema derecha. Así que, gente moderada y equilibrada, absténganse de meterse con eso.

Y lo peor es que siendo ése el único partido que defiende esos principios que definen la personalidad moral de los españoles, y siendo Hazte Oir la única organización que marca con estricto rigor a ese partido para que no se aparte de su camino, lo peor, digo, es que muchos pastores los miran a ambos con desdén, mientras consienten explícitamente que los políticos implanten en los colegios la catequesis LGTB desplazando a la que es de su incumbencia. Claro, claro, ¡cómo van a meterse -salvo honrosas excepciones- a defender lo que sólo defienden los de extrema derecha! ¡No cometerán los eclesiásticos un error tan garrafal! No, no, que es peligrosísimo meterse en política. Y menos si es política de extrema derecha.

Y tan relajados andamos los curas en eso, que los de la ideología de género no paran de meternos un gol detrás de otro en las propias escuelas católicas. Es que tampoco faltan los titulares de esos colegios encantados de meterse los goles en su propia portería. Es que ellos son de izquierdas. Y la cosa ésa LGTBIQ y lo que te rondaré… es genuinamente ¡de izquierdas!

El panorama es desolador. Resulta que los únicos que parecen defender la doctrina de la Iglesia (y la que durante siglos y siglos ha sido de todos los españoles) son dos organizaciones no confesionales. Y su defensa es muy aguerrida. Mientras esas dos organizaciones se rompen los cuernos defendiendo la moral tradicional -la de los Diez Mandamientos-, a los que correspondería esa defensa de oficio, en general parece importarles todo esto entre poco y nada. Y por supuesto miran a esas organizaciones con sumo desdén y con la enorme preocupación de que no los pongan en evidencia (los gentiles, sacándoles la delantera a los judíos) y les marquen la agenda.

¿Pero se ha parado alguien a mirar cuánta basura hay detrás de esas siglas, detrás de sus faraónicas subvenciones y detrás del ejército de paniaguados que viven de ese cuento? Resulta que los problemas sociales, psíquicos y de todo orden que se encierran tras esas siglas, superan en muchos enteros a los que generan las relaciones sexuales de toda la vida. Resulta que, en un alto porcentaje, la iniciación carnal empezó en abusos en la infancia. Resulta que la diferencia del recurso a las drogas y fármacos entre las relaciones heterosexuales de la inmensa mayor parte de la población, y las de la nueva sexualidad, es de unas dimensiones siderales. Resulta que los analgésicos (¡nada menos que analgésicos!) están entre las drogas que se necesitan para esa sexualidad tan original y tan novedosa. Resulta que si la sexualidad es de por sí un gran reto para la integridad personal y para la salud mental (reto que supera positivamente la inmensa mayor parte de la población), cuando se entra en esas sexualidades de diseño, se multiplican los problemas de integridad personal y de salud mental. Resulta, por todo resultar, que se ha hecho preciso ocultar celosamente un tremendo cúmulo de realidades al respecto, que desmontan totalmente y aniquilan las miríficas teorías, fruto de mentes calenturientas, que cantan las glorias de la destrucción de la sexualidad natural y de la familia.

¿Y qué hacemos los pastores la Iglesia católica ante todo eso? Maniobras de entretenimiento: que si el cambio climático, que si el ahorro y el ayuno de agua, que si las emisiones de gases a la atmósfera. Mientras callamos y consentimos que esa panda de innovadores sexuales entren en los colegios -¡también en los nuestros!- desde la enseñanza primaria para pervertir a la infancia, hablamos de esas otras estremecedoras milongas que hacen vibrar a tantos y los ponen en guardia: natural, todo esto es de izquierdas, es doctrina de progreso; mientras que la oposición a que se adoctrine sexualmente (y se incite vehementemente al entrenamiento práctico) a los niños en la escuela, es de extrema derecha. ¡Y esto sí que no!

¿Y qué hace al respecto el partido de extremo centro? ¡Pues ya ves!, como para ellos sería un tremendo baldón que los confundiesen con la extrema derecha, Ciudadanos es el partido que se planta para evitar cualquier recorte de subvenciones a los chiringuitos trans-gay, y se erige en garante de que en la escuela española, desde la enseñanza primaria, a nuestra infancia no le faltarán las enseñanzas y la incitación a la experimentación sobre el maravilloso descubrimiento de la infinita pluralidad sexual. Por lo visto, Ciudadanos ha descubierto que más le vale aflojar en sus batallitas locales de Cataluña, y apretar en este otro terreno, tan vital para el equilibrio político y social de España. Es que, si es un partido de extremo centro, ha de tener marcas totalmente identificables de izquierda: de extrema izquierda, claro, sobre todo en un tema como ese; si no, no se le nota su vital izquierdosidad.

Y ya para acabar, y por si acaso, permitidme que nombre también al supuesto partido conservador de centro derecha, al que la cosa esa LGTBIQYZ… y lo que venga, les parece la cosa más centrada del mundo: tanto que allí donde gobiernan, imponen su adoctrinamiento en las escuelas. Es que están convencidos de que, si no lo hacen así, perderán gran parte de la clientela, entre ellos a tantos clérigos, tan amantes de la moderación y de no levantar la voz, aunque te levanten la camisa. Pero ojo, que tiene un gran “mérito” la derechita cobarde: a la vez que defiende el adoctrinamiento plurisexual en las escuelas, que tan fácilmente puede degenerar en simple corrupción de menores, defienden con uñas y dientes la catequesis católica, porque deben considerarla totalmente compatible con la catequesis LGTB. Es que son gente muy equilibrada, totalmente centrada. Por eso tantos eclesiásticos los consideran de los suyos… Es que hay que desterrar el fanatismo y eso tan poco dialogante de los principios innegociables que tantos conflictos pudiera provocar… y aquí paz y después gloria. La sodomización final de los menores no pasaría entonces de ser un daño colateral del principio supremo de la cohesión social, que se lograría evitando a cualquier precio la confrontación.

P.S.:

Una vez cerrado el artículo, recibo una alarma de Hazte Oir denunciando la pretensión de las asociaciones de pederastas de Holanda, muy bien organizados y totalmente legales (blanqueados como inocentes pedófilos) que intentan manifestarse en Amsterdam, en la semana del Orgullo Gay como uno más del colectivo LGTB y lo que cuelga. Es que una cosa trae la otra. No deja de ser por tanto un paso más en el plan general, del que forma parte la catequesis polisexual en la escuela; plan perfectamente trazado desde mayo del 68. Se veía venir: lo uno y lo otro. Si alguien se maravilla o se escandaliza, es que no se sabe la partitura.

(*) Sacerdote