La que fuera jefe del “aparato militar” de ETA, Ainoa García Montero, “Laia”, en cuyo poder se encontraron 500 informaciones para asesinar a otras tantas personas, se queja de que la celda a la que fue conducida, tras negarse a la realización de un cacheo en la cárcel de Topas, en Salamanca, tiene “telas de araña y está sucia”. La terrorista había sido trasladada desde el centro penitenciario de Murcia, lo que supone un cierto acercamiento al País Vasco.
Según fuentes de Etxerat, la asociación que agrupa a presos etarras y sus familiares, el pasado día 12, al llegar a la citada cárcel, una funcionaria la sometió a un cacheo (en las condiciones que se estiman oportunas en estos casos). García se negó, fue sancionada y “conducida inmediatamente a aislamiento”.
La celda, según el citado relato, estaba “sumamente sucia, con telarañas y porquería”. Normalmente, la limpieza de las celdas corresponde a los propios reclusos.
El entorno proetarra considera que el desnudo integral en un cacheo implica “arbitrariedad, humillación y trato denigrante” y que “es el segundo episodio en el plazo de un mes en el que se utilizan los cacheos para crear situaciones de tensión e imponer sanciones a presos políticos vascos o a sus familiares”.
A la misma cárcel de Topas, y desde la de Villabona, ha sido trasladado el etarra Oier Goitia.