Inicio Destacadas Los altos ejecutivos del Ibex ganan 132 veces más que sus empleados

Los altos ejecutivos del Ibex ganan 132 veces más que sus empleados

Un empleado con un sueldo medio en ACS tendría que trabajar alrededor de 6 siglos para alcanzar la retribución anual de su consejero delegado, Florentino Pérez. Si bien este ejemplo es el más exagerado, por ser el que mayor diferencia contempla, no es el único. Los altos ejecutivos del Ibex 35 ganan 132 veces más que el sueldo medio de la empresa, según el estudio «Reparto desigual. Cómo distribuyen valor las empresas del Ibex 35», elaborado por la oenegé Intermon Oxfam.

En 2017, el sueldo medio anual en estas empresas fue de 37.612 euros, lo que supone un aumento en el último año de apenas 1,6%, tres veces menos que la productividad de estas empresas, que creció un 4,8% en el mismo período. Mientras, el sueldo medio de sus primeros ejecutivos fue de 4,98 millones de euros, un 27% más que en 2016. Y eso que los empleados del Ibex 35 tienen un salario un 66% superior a la media del país.

Por empresas, la mayor diferencia con sus empleados la tiene Florentino Pérez, con un sueldo de 22,3 millones de euros que es 627 veces mayor a la media de la constructora que dirige (ACS). Le sigue InditexPablo Isla gana 10,7 millones de euros, o lo que es lo mismo, 561 veces más que sus empleados. Las dos siguientes son Acciona y Abertis, donde José Manuel Entrecanales (14,3 millones) y Jose Aljaro (11,8 millones) ganan 438 y 425 veces más que sus trabajadores. En el extremo opuesto está la semipública Aena, dirigida por Maurici Lucena, quien gana ‘solo’ 4 veces más que el sueldo promedio de su compañía.

Unas «cifras astronómicas» que van ‘in crescendo’ año a año. Así, desde el 2014, la remuneración de los ‘jefes’ de las grandes empresas aumentó casi un 60%. En 2017, tres empresas triplicaron la retribución a su primer ejecutivo: ACS, Abertis e Indra, o lo que es lo mismo, Florentino Pérez, José Aljarro y Fernando Abril-Martorell.

Otros directivos

Pero no solo los altos cargos han visto crecer su ‘nómina’ a final de mes, también las cúpulas empresariales (consejeros y directivos), cuya remuneración creció 5 veces más que la de sus empleados en 2017. Los consejos de administración tuvieron una retribución media de 781.732 euros, lo que supone un 16,3% más que el año anterior, mientras que los altos directivos recibieron 947.864 euros, un 1,9% más que en 2016.

En promedio, los altos directivos de estas empresas ganan 25 veces el salario medio de la compañía y los consejeros, 21 veces. Las mayores diferencias entre consejeros y empleados se dan en Inditex (74 veces), Acciona (63 veces) y ACS (59 veces), mientras que en el caso de los altos directivos, las señaladas son Inditex (86 veces), Banco Santander (66 veces) y Telefónica (50 veces).

Salarios Vs. Beneficios

Entre 2008 y 2017, los beneficios de las empresas crecieron un 11,3% y el dividendo pagado un 15,5%, sin embargo, los salarios de los empleados disminuyeron un 4,2%. El motivo lo achaca Oxfam al modelo empresarial en el que el salario se entiende como un coste y, por tanto, se recortan sueldos para aumentar beneficios.  Así, en el año 2000, los salarios representaban el 62,4% del valor de la producción total y los beneficios el 37,6%, mientras que en 2017 los salarios representaban el 55,7% y los beneficios el 43,6%. A esto hay que sumar otra variable: los inversores. En 2017 las empresas españolas pagaron dos veces y media más dividendos que en el año 2000.

Los dueños extranjeros

Si en el 2017, las  empresas del Ibex tuvieron un beneficio de 43.000 millones de euros, 24.691 millones de euros lo destinaron a retribuir a sus inversores, con casos como el de Abertis que pagó en dividendos el 129% de sus beneficios, Ferrovial (116%) o DIA (101%). Un 46% de esas retribuciones van a parar a 30 inversores extranjeros con presencia en todas las compañías del Ibex, a excepción de Arcelor Mittal, como Blackrock, Goldman Sachs, Credite Agricole o Deutsche Bank.

Y ahí reside parte del problema en la gestión, estos grandes fondos invierten «masivamente» en empresas de todo el mundo y tienen como único objetivo obtener el máximo beneficio, según Oxfam. Para ello, «alientan sueldos descomunales de los altos ejecutivos» de las empresas en las que participan, promueven la contención salarial del resto de los trabajadores y «no dudan en presionar para poner en marcha artimañas para reducir la factura de impuestos». Es decir, incitan a las empresas a llevar a cabo prácticas con un enfoque financiero, que responda al corto plazo, más que a la creación de valor de la compañía.