A veces los periodistas que pretendemos situarnos lo más cerca de la objetividad nos cuesta creer lo que escuchamos. Hay políticos acostumbrados a pervertir el lenguaje para justificar lo imposible, incitar al odio o difundir posverdades. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, es una de esas personas que pastorea a una parte del sector indepentista con su propio universo.
Esta joven «política» ha demostrado como gran parte del sector independentista es capaz -además- de comulgar con ruedas de molino.
Este jueves, la candidata a presidir la Generalitat por ERC, ha asegurado con total desfachatez que el Estado por fin ha renunciado a la violencia gracias a sus declaraciones. Recordemos que Marta Rovira declaró en los medios concertados que le dieron cobijo que el Estado había amenazado con «muertos en la calle» si se proseguía con el proceso independentista. Hoy ha abundado asegurando que la polémica ha servido para que el Estado renuncie de forma expresa a abordar el conflicto catalán con violencia.
«Si de algo ha servido toda esta polémica es para que el Gobierno español haga declaraciones de que estas amenazas no son verdad, de que ellos no planean el uso de la violencia extrema en contra de los ciudadanos», ha expuesto en un acto de precampaña de los republicanos.
Así, la republicana ha defendido que sus palabras han generado una dinámica positiva por la que se ha descartado el uso de la violencia: «Es una buena noticia que la violencia extrema no esté encima de la mesa y estemos más cerca del diálogo y de la negociación».
Tras realizar estas declaraciones, Marta Rovira se fue a un buen restaurante con algunos correligionarios para seguir disfrutando del odio contra España.
