Tras el incremento de la delincuencia, el Sindicato de Mossos d´Esquadra (SME) presiona a la Administración para ofrecer soluciones a la ciudadanía
Es un hecho contrastado que las autoridades catalanas no se toman la seguridad ciudadana con el rigor presupuestario y técnico que requiere un nivel 4 de alerta.
Las administraciones de Torra y Colau insisten en hacer uso político de la policía y no sólo consiguen alejar de Barcelona a turistas e inversores sino que también ponen en peligro a sus ciudadanos. Cada día que pasa, las víctimas sienten la absoluta indefensión ante cuadrillas de delincuentes que campan a sus anchas. Los Mossos d´Esquadra y la Policía Municipal no dan a basto. La falta de presencia policial en las calles es más que evidente.
Pese a la escasez de efectivos, esta mañana los jefes policiales de los Mossos han conseguido reunir a 700 agentes y ejecutar una macroperación en el barrio de El Raval. Se han realizado más de 40 registros y detenido a 55 personas. Esta operación es consecuencia de una investigación que pretende desenmascarar quién está detrás del negocio de los narcopisos. Los vecinos llevan años reclamando seguridad en el barrio con nulo resultado.
En Barcelona los índices de criminalidad están en máximo histórico
Más de 20 delitos se cometen cada hora en la Ciudad Condal. Nunca antes se habían alcanzado cifras tan altas, superando las históricas obtenidas en los años ochenta
Los efectivos de los Mossos d´Esquadra están obligados a hacer cola en sus propias comisarías para realizar los trámites de detención. Igualmente, las víctimas deben afrontar esperas de varias horas para denunciar hechos delictivos. No son pocas las que desisten de denunciar ante la escasa confianza en la eficacia policial: «Me voy. Me han robado el móvil y paso de denunciar. La policía no lo va a recuperar y encima voy a perder toda la mañana para poner la denuncia. No quiero -también- perder el tiempo».- Decía una chica visiblemente molesta tras pasar dos horas en la Comisaría de Les Corts de Barcelona.
Impunidad de los delincuentes
Robos, hurtos, agresiones sexuales, malos tratos, agresiones callejeras, narcopisos… un rosario de actos delictivos han logrado colapsar a los cuerpos de seguridad catalanes. La impunidad de los delincuentes en Cataluña ha trascendido fronteras creando un efecto llamada que han escuchado bandas criminales de todo el mundo.
Imágenes del pasado viernes en el restaurante Salamanca de la Barceloneta donde, un grupo de adolescentes de origen magrebí agrede a los trabajadores. La presencia policial es nula. Posteriormente, la víctima tuvo que soportar una larga espera para cursar la denuncia. Los agresores, en el hipotético caso de ser detenidos, probablemente no serán deportados.
Efecto llamada de la delincuencia
Nacho Álvarez, delegado sindical del Sindicato de Mossos d´ Esquadra (SME), reconoce que los cuerpos policiales han detectado delincuentes que, en su día, abandonaron el país pero que vuelven a Cataluña dada la impunidad con la que pueden delinquir.
La sociedad catalana se encuentra, a día de hoy, en una situación de mayor riesgo que hace diez años.La sociedad catalana se encuentra, a día de hoy, en una situación de mayor riesgo que hace diez años.
En este sentido Álvarez asegura que la presencia policial ha disminuido porque «una parte de la plantilla se ha jubilado, ha accedido a excedencias o se ha pasado a otros cuerpos. Hay que añadir que nunca se llegó a cumplir la plantilla que se firmó con la Administración».
Igualmente, los Mossos se solidarizan con las dificultades que deben afrontar sus compañeros de la policía municipal: «Es cierto -recalca Nacho Álvarez– que las instituciones políticas han relajado su exigencia en el cumplimiento de la ley. No es de extrañar que la Policía Municipal de Barcelona se sienta ninguneada por el equipo de la señora Colau. Los manteros se han vuelto agresivos contra la acción policial y el problema, lejos de solucionarse, permanece enquistado y con riesgos de degenerar».
Mossos d´Esquadra: «Los ciudadanos quieren soluciones»
Desde el Sindicato de Mossos d´Esquadra se insiste en que los ciudadanos necesitan soluciones y por ello, resulta imprescindible que los políticos «hagan políticas públicas de seguridad y dejen de enfrentarse en cuestiones que no aportan soluciones a los problemas reales del ciudadano».
La policía autonómica catalana ha detectado que un gran número de menores inmigrantes llegan a Cataluña procedentes de otras comunidades autónomas. Si bien es cierto que viven bajo la protección del Estado, cuando alcanzan la mayoría de edad salen a la calle sin vigilancia oficial convirtiéndose en jóvenes delincuentes. Este colectivo suelen especializarse en robos con fuerza y hurtos.
Nacho Álvarez asegura que: «Cada día llega una cantidad ingente de menores o jóvenes delincuentes que acumulan detenciones por robos. No existe un protocolo legal para repatriar a estos profesionales de la delincuencia por lo que vuelven de nuevo a las calles y a delinquir. Si a todo este problema sumamos la falta de efectivos policiales para realizar labores de prevención nos encontramos ante un círculo difícil de cortar. Quizá debería considerarse la posibilidad de expulsar del país a los inmigrantes que no saben comportarse como buenos ciudadanos».
La mayoría de delincuentes provienen de países extranjeros y son de origen marroquí, argelino, rumano: «Claro que hay delincuentes españoles, pero son los menos. Así lo demuestran las estadísticas que manejamos en los Mossos», añade Nacho Álvarez.
La policía municipal se siente deprimida e impotente
La policía municipal de Barcelona argumenta que el cuerpo se siente deprimido e impotente ante la actitud del Ayuntamiento de Barcelona. El sindicato mayoritario de la Guardia Urbana de Barcelona, SAPOL, insiste en que el gobierno municipal «avisa» a los manteros antes de una actuación policial. El portavoz de SAPOL, Manel García, afirma que el gobierno municipal está creando «un problema de seguridad grave» en la ciudad y teme que algún día pueda haber «batallas campales». La policía local se siente burlada y ninguneada por su propia Administración.
El presidente del grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, ha pedido en reiteradas ocasiones que la Fiscalía investigue la denuncia sindical. Asimismo, Fernández ha pedido a los sindicatos de Guardia Urbana que aporten todas las pruebas e indicios de los que dispongan, para poder actuar contra «los chivatos».
La solución pasa por incrementar la plantilla
Desde el Sindicato de Mossos d´Esquadra (SME) se pide más dotación de efectivos y presupuesto. Sin embargo, la ceguera de la Generalitat provoca que el problema de la seguridad en Cataluña continúe enquistado.
Los Mossos d´Esquadra se quejan de que, no sólo son efectivos insuficientes sino que todavía la Generalitat de Cataluña no ha pagado -desde hace más de un año- las horas extra. Tampoco pueden acceder a una jubilación anticipada, por lo que la plantilla, irremediablemente, envejece: «La situación en la que estamos no es de ahora. Empezó hace siete años con los recortes y ha degenerado hasta llegar al KO técnico actual. La sociedad catalana se encuentra, a día de hoy, en una situación de mayor riesgo que hace diez años. En las actuales circunstancias, un policía en Cataluña no puede ofrecer servicios de seguridad con la calidad que merece la ciudadanía. Los políticos nos han instrumentalizado por cuestiones partidistas».
El SME lleva años reclamando a las administraciones que se complete el despliegue pactado de la plantilla. «Tenemos una plantilla a mayo de 2018 de 16.495 efectivos, cuando lo pactado y firmado es de 18.267. Es necesario rejuvenecer nuestro Cuerpo creando un plan de jubilación antipada y permitir la segunda actividad sin destino».
Pese a todo, Nacho Álvarez considera que los actuales mandos de los Mossos d´Esquadra están realizando una buena labor: «Dadas las circunstancias, estamos viendo desde el SME que Carles Anfruns, el actual jefe de la Región Policial Metropolitana Barcelona (RPMB) dels Mossos d’Esquadra, realiza una buena labor. Está demostrando que sabe gestionar los pocos recursos que tenemos».
