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Mucha seguridad para evitar que los radicales revienten la cumbre del G7

Biarritz (Francia) será la capital del mundo durante tres días debido a la celebración este fin de semana de la cumbre del G7, el dispositivo de seguridad previsto convertirá el lugar en una ciudad blindada con vigilancia terrestre, aérea y marítima. Francia desplegará 13.200 policías y gendarmes, apoyados por militares; más de 450 bomberos y trece equipos móviles de emergencias, y un fuerte dispositivo judicial para afrontar una triple amenaza, terrorista, cibernética y de orden público.

El centro de Biarritz se ha dividido en dos zonas. La primera, de protección reforzada porque incluye el hotel en el que tendrá lugar la cumbre, abarcará su litoral, prohibirá el tráfico y el aparcamiento y solo permitirá su acceso a residentes, trabajadores y asistentes mediante la correspondiente acreditación. La segunda, que se amplía a parte del interior de la ciudad, autoriza parcialmente el uso de vehículos pero, desde este viernes, requerirá igualmente un pase específico.

El aeropuerto de Biarritz no garantizará además ningún vuelo comercial entre el 23 y el 26 de agosto y estará abierto solo a las delegaciones oficiales. La estación de tren también verá perturbado su funcionamiento.

El foco estará no solo en Biarritz. La contra-cumbre, lanzada por asociaciones como Attac para oponerse a la globalización capitalista que a su juicio representa esa reunión, concentrará sus protestas en Hendaya e Irún, lo que ha llevado a reforzar la vigilancia de la frontera con España. La Guardia Civil española, la Policía Nacional y la Ertzaintza velarán para que no haya incidentes en territorio español. Ambos países están colaborando también en materia de inteligencia.

El G7 en España

Hasta 7.000 agentes de cuerpos como la Guardia Civil, Policía Nacional y la Ertzaintza garantizarán la seguridad en España durante la celebración. Se trata de un dispositivo especial del que el Ministro del Interior, Fernando-Grande Marlaska» ha destacado que no existe «ninguna improvisación».

La contra-cumbre, que cuenta con el apoyo de Podemos, ERC e Izquierda Unida, organizada por las plataformas G7 Ez y Alternatives G7 que fue inaugurada en el recinto irunés de Ficoba, donde EH Bildu instaló su propio stand con alusiones a presos etarras. La protesta alternativa, que sus organizadores -entre ellos Egoitz Urrutikoetxea, hijo del histórico etarra «Josu Ternera»- esperan que congregue a más de 10.000 personas, tiene su campamento base en el municipio cercano de Urrugne.

En una entrevista en la SER, Grande-Marlaska ha afirmado este viernes que «Interior sabe que en todas las cumbres siempre ha habido hechos o algunos movimientos infiltrados de carácter violento. Se están tomando las medidas necesarias para prevenir».
El titular de Interior explicó que existen distintos «dispositivos» para «garantizar» el normal desarrollo tanto de la reunión del G7 como de la «contracumbre», en «coordinación» con Francia, con un despliegue en el que participan 1.878 efectivos de la Guardia Civil y 932 del Cuerpo Nacional de Policía, además de 4.000 ertzainas y distintos agentes de la Policía Foral navarra y de la Guardia Municipal de Irun.

Ha destacado también que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están «formados y preparados para prevenir hechos violentos» como los que han ocurrido en otras cumbres, algo que, según ha comentado, es «un hecho objetivo» que obliga a adoptar «las medidas necesarias». Se trata, ha detallado, de «elementos violentos que aprovechan que parte de la ciudadanía ejercita sus derechos de oposición» para «infiltrarse» con la intención de «ejercer la violencia» y lograr un «protagonismo» que «una sociedad democrática» no puede «admitir» de manera violenta.