El condenado por pertenencia a banda terrorista y coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, no se anduvo por las ramas cuando el pasado fin de semana fue preguntado por los logros previstos bajo el mandato de Pedro Sánchez. Allí, Otegi confirmó ante su gente el pacto con el PSOE, dio detalles del contenido y lo resumió con una frase: «Veremos una Euskal Herria soberana». Porque el avance hacia la ruptura de España es ya el gran «pacto encapuchado», como lo ha calificado Alberto Núñez Feijóo. En el acto se encontraba presente el director de Relaciones Internacionales y portavoz en el Senado, Gorka Elejabarrieta. Y el escenario no fue otro que la conferencia política del Sinn Fein.
Y, allí, y ante infinidad de militantes, Otegi desbrozó los pactos con el PSOE y los compromisos arrancados. Otegi afirmó que «tanto en Irlanda como en Euskal Herria corren buenos tiempos para los independentistas. Veremos una Irlanda unida y una Euskal Herria soberana».
Allí se encontraba Gerry Adams, la presidenta del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, y la vicepresidenta del Sinn Féin, Michelle O’Neill. Y Otegi exhibió orgulloso sus pactos y se comprometió a coordinar los retos de futuro de Irlanda y Euskal Herria para que caminen de la mano. Allí también estuvieron al presidente de ERC y golpista condenado, Oriol Junqueras. Porque evidentemente, la agenda es la misma que la manejan desde ERC o Junts.
Y es que Bildu ha exigido a Pedro Sánchez, como condición insalvable para dar y mantener el apoyo al PSOE en La Moncloa, todo un cheque en blanco a mayor gloria de la ruptura de España y el orden constitucional. El «pacto encapuchado», como ya le ha llamado Feijóo a ese acuerdo incluye puntos como «el derecho a decidir», la aceptación del polémico e inconstitucional lawfare por pretendidas «torturas» de la policía a etarras y «Euskal Herria nación». Allí figura, para empezar, en materia de «soberanía», la «plurinacionalidad y derecho a decidir».
Es decir, según las propias palabras de Bildu, «el reconocimiento de Euskal Herria como nación, el reconocimiento a decidir como mecanismo democrático para dicha solución, basada en la voluntad y decisión de la ciudadanía vasca«. Además, Sánchez se ha comprometido a negociar «el respeto tanto del Gobierno español como de sus instituciones a los acuerdos y propuestas políticas que alcancen las fuerzas políticas en los correspondientes parlamentos de Vitoria y Pamplona, siempre y cuando estas sean ratificadas por nuestra ciudadanía«.
Otro de los puntos inconstitucionales pasa por «exigir el respeto absoluto a nuestra lengua, el euskera, en todos los ámbitos y aspectos de la vida pública y social«. Lengua que exigen incluso para otra comunidad autónoma como es la navarra. »Exigir la transferencia de todas las competencias pendientes contempladas en el Estatuto Vasco y el Amejoramiento Navarro, así como nuevos instrumentos para ensanchar nuestras capacidades de autogobierno, priorizando las materias de contenido social y económico como herramientas para la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía y nuestro tejido socio-económico», señala otro de los puntos de las exigencias de los proetarras.