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Puigdemont quiere forzar su investidura o elecciones anticipadas

Más allá de mostrar la indignación contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena por denegar la salida de prisión a Jordi Sánchez para que acuda al Parlament a un Pleno de investidura, JxCat aprovechó la resolución para armarse de razones y tratar de imponer sus tesis sobre los derroteros que debe tomar el independentismo. La candidatura de Carles Puigdemont entonó un discurso mucho más beligerante –equiparó el golpe de Estado del 23-F de Antonio Tejero con las interferencias en la política catalana de Llarena– e intentó proyectar que plantear ahora un plan D sería acatar las decisiones de las instituciones españoles y desoír a los votantes independentistas. De esta manera, volvió a alejar la propuesta de un candidato efectivo tras el fracaso de Sánchez –algo que tenía acordado con ERC– y sugirió que el regreso a las urnas es un escenario que cada día cobra una mayor fuerza.

Todavía hay margen hasta el 22 de mayo para elegir a un president y salvar la legislatura –si no se convocarán elecciones automáticas–, pero los últimos acontecimientos han puesto el terreno a favor de la estrategia del núcleo duro de Puigdemont y la CUP, que pasa por mantener el pulso con el Estado. La decisión de los tribunales alemanes –poniendo en libertad y eximiendo del delito de rebelión a Puigdemont– ha supuesto una inyección de ánimo a este sector del independentismo, que ahora parece marcar como siguiente paso el intento de investidura de Puigdemont. Para ello, han conseguido dar recorrido parlamentario a la reforma de la Ley de Presidencia para intentar una elección a distancia y es algo que podría tener un desenlace inmediato: el Consell de Garanties Estatutaries (Tribunal Constitucional catalán) emitirá un dictamen la semana que viene –no es vinculancte– y a partir de ahí ya podría ser aprobado en un Pleno. El plan que contempla Puigdemont es darle luz verde el mismo día que se produzca una sesión de investidura y así eludir la suspensión del Tribunal Constitucional.

Por el momento, los tres partidos independentistas del Parlament han convenido en discutir los siguientes movimientos hasta el lunes, cuando JxCat mantendrá una reunión de grupo parlamentario en Berlín con Puigdemont, pero es evidente que las posturas están ahora muy alejadas. Y es que ERC y el sector pragmático de JxCat (más vinculado al PDeCAT) siguen apostando por formar un Govern efectivo de forma inminente. Ayer, el portavoz de los republicanos, Sergi Sabrià, que también salió a reprobar el auto de Llarena, evitó pronunciarse sobre la posibilidad de investir a Puigdemont y clamó por preservar la mayoría parlamentaria que otorgó el 21-D al independentismo para evitar una nueva contienda electoral: «Hay que formar Govern para poder acabar con la aplicación del artículo 155 de la Constitución y recuperar el control sobre los Mossos y los medios públicos y, en definitiva, de todos los ámbitos que se gestionan desde la Generalitat», aseguró Sabrià. Asimismo, los republicanos trabajan con la hipótesis de que si se formara gobierno el excarcelamiento de los dirigentes presos –entre ellos, su líder, Oriol Junqueras– podría producirse con mayor facilidad. Pero ni a través de acuerdos parece forzar a JxCat a que se avenga a desbloquear la parálisis política. En este sentido, ERC y la candidatura de Puigdemont firmaron una entente que ponía como límite Sant Jordi (el 23 abril) para investir a un candidato exento de causas judiciales, pero se rubricó cuando Puigdemont estaba encarcelado, y su puesta en libertad lo ha hecho saltar por los aires.

Por ahora, en lo único que sí hay consenso entre las tres fuerzas independentistas es en votar hoy en la reunión de la Mesa del Parlament una propuesta para formular una querella contra Llarena por prevaricación, tras la decisión de impedir a Sánchez acudir al Parlament. De esta manera, el presidente del Parlament, Roger Torrent, convoca al órgano rector de la cámara para deliberar con todos los grupos parlamentarios la situación actual y suspende el Pleno que había previsto, además de evitar impulsar actos alternativos, como ocurrió durante el segundo debate de investidura de Jordi Turull –reunió a las fuerzas separatistas y los «comunes» para forjar el «frente unitario» contra la «represión» del Estado–. En cambio, más tarde, aunque ya lo tenía agendado, participará en un acto en el Parlament para homenajear a los republicanos represaliados por el franquismo junto a la «Associació pro Memòria als Immolats» por la libertad de Cataluña.

En todo caso, lo que sí es cierto es que con la suspensión de ayer, Torrent volvió a evitar incurrir en riesgos judiciales. Como hasta la fecha, el presidente del Parlament ha respetado en todo momento todas las advertencias procedentes de los tribunales españoles y eso le ha desgastado sobremanera. Ahora, por delante deberá lidiar con las exigencias de la CUP y el núcleo duro de Puigdemont por intentar investir al ex president, que se verán empujadas por la calle. El próximo domingo, el independentismo tiene una movilización para denunciar los últimos encarcelamientos, y se convertirá en un termómetro sobre el estado del electorado independentista. Asimismo, la citación de los presos la semana que viene ante el Supremo para recibir el auto de procesamiento por rebelión puede suponer la inhabilitación de todos ellos como diputados, lo que puede alimentar todavía más la agitación.

Antes, se producirá la reaparación de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, con una entrevista en un medio suizo. Se marchó el 23 de marzo tras la investidura fallida de Turull, y desde ese día no ha dado señales de ningún tipo. Ni un tuit, ni un mensaje, ni un artículo. Sólo desde su entorno se comunica que está bien y que se mantiene muy cerca de su hija, uno de los elementos que más valoró para adoptar la decisión de abandonar España. Según ha podido saber LA RAZÓN, Rovira reaparecerá con una entrevista que se publicará en un diario helvético y habrá que esperar a la entrevista y a las fotos que publique el medio para saber si aportan alguna pista sobre el lugar en el que se encuentra. Asimismo, el ex presidente de la Generalitat Artur Mas, que se vio ayer con Puigdemont en Berlín, también regresará a los medios públicos con una entrevista en TV3, donde posiblemente intente insistir en la necesidad de un Govern efectivo. El domingo por la noche será el turno para Carles Puigdemont.