La policía registró ayer la casa del expresidente Jordi Pujol
Jordi Pujol Ferrusola ya declaró ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 en febrero de 2016 y fue entonces cuando, a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, le retiró el pasaporte, le prohibió salir del país y le impuso comparecencias periódicas. Los delitos por los que está imputado desde entonces son los de blanqueo continuado de capitales, fraude fiscal y falsedad documental.
El clan criminal de los Pujol sigue actuando
No es de extrañar que Barcelona sea la tercera ciudad no capital del mundo con más consulados honorarios. Solo la superan Nueva York y Hong Kong. Son 96 delegaciones repartidas en palacetes, casas modernistas y exclusivas oficinas en la parte alta de la ciudad.
Sumarroca ocuparía, supuestamente, el puesto de Jordi Pujol Ferrusola en la organización criminal
Tampoco es casualidad que los consulados sean honorarios, es decir, que están ocupados no por diplomáticos de carrera sino por empresarios y abogados afines a la familia Pujol y al área de influencia de la antigua Convergència. Esta organización «internacional» encuentra una fantástica herramienta para servirse de valija diplomática y sortear la fiscalización de dinero y documentación bajo el pretexto del secreto y la seguridad internacional.
Hace apenas un mes, la familia Sumarroca -íntima amiga de los Pujol- con varios miembros que ejercen como cónsules honorarios utilizaba su inmunidad diplomática para ocultar pruebas y capital fuera del país.
Carles Sumarroca sería, supuestamente, quien el expresidente Pujol habría designado hace meses, como el intermediario de confianza, que continuaría dirigiendo la evasión de capital de la trama criminal, bajo la supervisión de Jordi Pujol Ferrusola desde su cárcel en Cataluña.
Lo sorprendente del caso es que, tanto el juez De la Mata, como el Gobierno español -especialmente el Ministerio de Exteriores- fueron advertidos del entramado por la UDEF sin que se derivaran medidas de control específicas.