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Soros dona un millón de dólares a un grupo izquierdista antiPolicía en EEUU

Mientras los delitos violentos se multiplican en las ciudades norteamericanas bajo el régimen de Biden, a niveles desconocidos desde hace décadas, el financiero pirómano George Soros ha hecho una donación de un millón de dólares a un grupo izquierdista centrado en retirar la financiación a los cuerpos de seguridad del Estado.

Soros sigue empeñado en desmentir todas las teorías de la conspiración: en lugar de un millonario moviendo secretamente los hilos en la oscuridad para lograr sus nefandos fines políticos, el multimillonario sin patria emplea su ingente fortuna en la acción política más destructiva de manera más o menos abierta y explícita.

Lo último ha sido donar un millón de dólares -la mayor suma donada por el multimillonario en durante el ciclo electoral- al grupo izquierdista Color of Change PAC, según registros públicos.

El grupo, que se benefició de esta lotería el pasado mayo, llevó a cabo una reciente campaña online para recortar drásticamente el presupuesto de las fuerzas del orden a raíz de la muerte de George Floyd, el delincuente habitual negro universalmente canonizado por los medios y la clase política.

“Los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor y tantos otros a manos de la violencia policía nos indignan, pero nuestro movimiento es más fuerte que nunca”, reza una petición que el grupo hizo circular el año pasado. “Ahora depende de nosotros hacerles responsables, presionar para lograr nuevos cambios sistémicos y no perder el impulso necesario para cambiar la institución policial para siempre”.

El movimiento para descapitalizar la policía ganó una fuerza suicida tras la jaleada muerte de Floyd, cuando una serie de alcaldes y gobernadores se subieron al carro con consecuencias desastrosas. Pero como tenía mucho de maniobra demócrata para desbancar a Donald Trump y los resultados han sido tan inmediatos como trágicos, con la victoria presunta  de Joe Biden en las presidenciales perdió mucha fuerza.

Pero no toda, y el multimillonario está decidido a que siga la fiesta. Color of Change representa el extremo de este movimiento: nada de policía y nada de cárcel.

Desde el pasado verano, los delitos violentos, incluyendo homicidios, violaciones y atracos, se han multiplicado en las principales ciudades, lo que ha llevado a algunos políticos que inicialmente se sumaron a estas demenciales iniciativas buenistas a distanciarse públicamente de un movimiento que no ha tardado en demostrar hasta qué punto es desastroso precisamente para las poblaciones más deprimidas.

Sobre todo, hay elecciones a la vuelta de la esquina, y si una parte significativa de la población pudo en un primer momento dar una oportunidad a este experimento de convertir la policía en un cuerpo de pacíficos asistentes sociales, la ola de crímenes ha reducido considerablemente su número. Una encuesta realizada el pasado mayo mostraba que solo el 18% de los encuestados apoyaba una reducción del presupuesto de las fuerzas del orden.