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Pedro Sánchez y el tongo de su tesis doctoral

Por A.B.A.B.   Quien escribe estas lineas es doctor en Periodismo. Mi tesis ocupa dos tomos con más de 1.300 páginas y está a disposición de cualquier persona en la Secretaría y en la Biblioteca de la universidad pública Pompeu Fabra de Barcelona. Pasé casi ocho años de mi vida escribiendo e investigando sobre un tema muy específico, que no viene al caso, para obtener la misma calificación que Pedro Sánchez en su tesis doctoral: Apto Cum Laude. La máxima nota posible en estos casos.

Recuerdo la experiencia como una de las peores de mi vida. No sólo porque me representó un enorme sacrificio en tiempo de dedicación exclusiva sino porque, entre otras muchas cosas, tuve que enfrentarme a problemas políticos como pedir permiso para defender mi tesis en mi lengua materna, o sea, en castellano y no en catalán.

Pese a todo, conseguí un título de doctor que sirve de bien poco dentro del actual panorama laboral de mi profesión. Tampoco es adecuado para abrir las puertas de la docencia universitaria a menos, eso sí, que tengas un buen enchufe.

Por cierto, hablando de enchufes…

Doctorados que se regalan por enchufe o por motivos políticos

He querido contrastar otras tesis doctorales habida cuenta de las no pocas irregularidades de las que se quejan en las últimas décadas doctorandos y doctores que se toman su trabajo en serio. Algunos de ellos aseguran que hay doctorados que «se regalan» por enchufe o por «motivos políticos». Uno de los casos más comentados fue la tesis del actual Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez.

Quise contrastar si dichas críticas tenían fundamento. Los hechos son los siguientes:

En noviembre de 2011, el doctorando Pedro Sánchez decide acabar su tesis titulada Innovaciones de la diplomacia económica española: análisis del sector público (2000-2012). Lo primero que me sorprendió fue que un socialista -defensor de la enseñanza pública- presentara su tesis doctoral en la universidad privada Camilo José Cela de Madrid  perteneciente a la institución educativa SEK. Una entidad muy exclusiva que asegura en sus estatutos no estar vinculada a ningún grupo religioso, político o económico.

El Rector Cortés Elvira y sus redes clientelares

Se da la circunstancia de que el Rector de la Universidad Camilo José Cela, en época de Pedro Sánchez, fue el cuestionado militante socialista Rafael Cortés Elvira, que desempeñó los cargos de Director General de Deportes en el Ministerio de Educación y Ciencia entre 1993 y 1996 y fue Secretario de Estado para el Deporte.

Tengo claro que el actual Secretario General del PSOE no eligió esta elitista Universidad por casualidad sino por causalidad.

Sin duda, hay que partir de la presunción de inocencia de todas las personas pero en el caso de Rafael Cortés Elvira cuesta pensar que no presionara para conseguir que un destacado militante de su partido fuera doctor por la vía más rápida y cómoda. ¿Porqué pienso esto? Porque hay precedentes contrastados sobre la actuación del Excelentísimo Sr. Rector Magnífico. Voy con el último y que dará de qué hablar en un futuro próximo.

El rector Cortés Elvira e Ignacio González en 2009

El auto del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz en la operación Soule revela la existencia de una «vinculación clientelar» entre el Grupo Santa Mónica (GSM), que gestionó los derechos de la selección nacional de fútbol, y la RFEF, en la que incluye -¡Oh, sorpresa!- a Rafael Cortés Elvira.

Sostiene el auto que personal de la federación cobraba al unísono de esta sociedad (GSM) y de la propia federación española. Y entre ese personal apunta a María Elena Herrero, la esposa de Cortés Elvira, jefa de los servicios médicos de la Real Federación Española de Fútbol.

Añade el auto que la empresa de Cortés Elvira cobró de GSM un total de 1.500.000 euros, y que el exsecretario de Estado para el Deporte entre 1993 y 1996 es además socio de Mónica Han Cho, esposa de Gorka Villar, en una empresa cuyo domicilio social se encuentra -¡caray con las casualidades!- en una vivienda de los Villar. Los investigadores y peritos judiciales añaden que la resolución del contrato con GSM, provocó un perjuicio de 51.746.000 millones de euros a la RFEF que se podía haber evitado.

Visto semejante comportamiento, ¿alguien puede pensar que Cortés Elvira no tuvo nada que ver con la «brillante» tesis de Pedro Sánchez?

¿Pero realmente Pedro Sánchez hizo una tesis doctoral?

Pero volvamos a lo que nos ocupa. No es fácil acceder a la lectura de la tesis de Pedro Sánchez porque la Universidad la guarda bajo siete llaves. No existe copia ni está digitalizada. Algo extraño tratándose de un trabajo original de investigación que debe aportar conocimiento universal. Aunque más raro resulta que el trabajo apenas contenga 374 páginas, una extensión relativamente escasa para lo que debería ser una tesis doctoral aunque normal si tenemos en cuenta que su autor apenas le dedicó tres años, la mitad de tiempo del que dedica la media de doctorandos en España. La de Pablo Iglesias, sin ser demasiado sesuda ni extensa, tiene doscientas páginas más, o sea, 574 y según él le llevó más de 4 años.

En su investigación, Pedro Sánchez se dedica a describir los instrumentos que han ido creando las administraciones públicas para relanzar la economía en el exterior. Incorpora mucha información facilitada principalmente por el Gobierno de Zapatero y elogia algunas de sus iniciativas, como la Oficina Económica del Presidente o la reforma del ICEX. Iniciativas que objetivamente han tenido un escaso peso en la mejora general de la economía española y, en cambio, han servido para incrementar el gasto público.

Para la labor de recopilación de datos contó con la colaboración de Miguel Sebastián, ex ministro de Industria e impulsor de la diplomacia económica de Zapatero.

Objetivamente, la aportación científica de la tesis de Pedro Sánchez es más que dudosa. Todos los que hemos tenido oportunidad de leer alguno de sus capítulos llegamos a la conclusión de que más bien parece un panfleto del gobierno socialista que un riguroso trabajo de investigación. Para muestra, este botón escrito cuando España se encontraba al borde del rescate económico:

«El Gobierno ha dirigido buena parte de su acción económica exterior a la promoción de las exportaciones y la captación de inversiones (…) Las regiones españolas también han dirigido su acción económica hacia la diplomacia comercial a través, entre otros, de la realización de viajes internacionales por parte de los presidentes autonómicos y las oficinas de promoción económica en el exterior».

En fin, que hay quien apunta que el trabajo de Pedro Sánchez es cualquier cosa menos lo que se entiende académicamente por tesis doctoral.

«La tesis doctoral es floja y el tema no da de sí»

El diario El Mundo recogió en su momento algunas críticas al trabajo del dirigente socialista. Juan Ramón Rallo, doctor en Economía, asegura que las conclusiones del trabajo de investigación son «poco sustanciosas». Para la economista María Blanco, «la tesis es floja y el tema no da de sí». El columnista John Müller también comparte la misma opinión. «Se trata de un trabajo eminentemente descriptivo, con una hipótesis de trabajo que es prácticamente autoexplicativa. Lo que he leído no me ha parecido más relevante que cualquier pieza periodística sobre diplomacia económica. He leído otras tesis económicas y me resulta difícil creer que han dado lugar al mismo grado académico de doctor», asegura. Las críticas a la tesis doctoral de Sánchez también le han llovido desde su propio partido. Un conocido militante socialista y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid insiste en que: «No pasaría el corte de la Autónoma. La podría haber hecho un abogado, un historiador o un periodista. No hace un análisis empírico de los datos, no incorpora apenas fórmulas ni correlaciones».

Entonces, cabe preguntarse lo siguiente: ¿hubo tongo en la mal llamada tesis doctoral de Pedro Sánchez? Por supuesto, el actual Secretario General del PSOE, insiste en que no tiene nada que ocultar.