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El Banco de España eleva al 2,4% su previsión de PIB para este año, pero prevé una desaceleración hasta 2021

Publicado 07/06/2019 12:33:14CET

Mejora sus estimaciones de paro y déficit, pero sigue advirtiendo de que la subida del SMI moderará el dinamismo del empleo en los próximos trimestres

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) –

El Banco de España ha elevado dos décimas, hasta el 2,4%, su estimación de crecimiento del PIB para este año, y ha mantenido en el 1,9% y el 1,7% sus previsiones para 2020 y 2021, respectivamente, según sus nuevas proyecciones económicas de la economía española (2019-2021), en las que destaca la «senda gradual de desaceleración» de la economía española en este periodo.

La autoridad monetaria apunta que revisa ligeramente al alza su estimación de PIB para este año respecto a sus estimaciones del mes de marzo debido a que la economía española creció en el primer trimestre un 0,7%, una décima más de lo estimado inicialmente, y para el segundo trimestre espera un incremento del 0,6%, también una décima superior a la proyección anterior. Esta nueva previsión supera en dos décimas a la del Gobierno, que prevé que el PIB crezca este año un 2,2%.

El Banco de España resalta la prolongación del actual periodo expansivo y la «notable fortaleza» que está mostrando la economía española en el transcurso de 2019, y añade que el crecimiento sostenido del PIB y del empleo está siendo compatible con la preservación de un conjunto de equilibrios macrofinancieros, como los superávits por cuenta corriente o el fortalecimiento de la situación patrimonial de familias y empresas.

A este crecimiento del PIB también contribuirá, según el Banco de España, la orientación «acomodaticia» de la política monetaria y el supuesto de que, tras su debilitamiento reciente y en ausencia de nuevos desarrollos adversos, en los próximos trimestres los mercados de exportación tenderán a recuperarse gradualmente.

ESPAÑA SUPERARÁ «HOLGADAMENTE» SU PIB POTENCIAL

Como consecuencia de todo ello, asegura que el ritmo de avance de la economía seguirá superando «holgadamente» su tasa potencial, lo que permitirá que siga reabsorbiéndose el «todavía elevado» volumen de desempleo.

No obstante, prevé que el crecimiento del PIB evolucione dentro de una «senda de gradual desaceleración» a lo largo del horizonte de proyección (2019-2021), como consecuencia de la «atenuación progresiva» de los efectos expansivos de las medidas de política monetaria adoptadas en los últimos años, el «agotamiento paulatino» del efecto expansivo de las medidas presupuestarias adoptadas en 2018 y la moderación del consumo de los hogares y el repunte de su tasa de ahorro, junto con el mantenimiento de un «elevado grado de incertidumbre global».

En cuanto a la evolución del mercado de trabajo, el Banco de España también ha elevado al alza su previsión de aumento del empleo, hasta el 2% este año, cuatro décimas más que la estimación de marzo, y ha mantenido en el 1,6% el crecimiento previsto para 2020 y 2021. De esta forma, la tasa de paro cerrará este año en el 13,8%, una décima menos que la previsión anterior, y se situará al final del periodo (2021) en el 11,8%, tres décimas menos que lo estimado en marzo.

EFECTOS DE LA SUBIDA DEL SMI

A pesar de esta mejora de las previsiones, sigue advirtiendo de que los efectos de la subida del salario mínimo tenderán a «moderar el dinamismo del empleo en los próximos trimestres», aunque admite que el incremento de la ocupación permitirá que continúen observándose reducciones adicionales de la tasa de paro, aunque estas se verán atenuadas por el repunte de la población activa.

Dentro del conjunto de la demanda nacional, el Banco de España espera que el consumo privado registre un crecimiento sostenido en los tres años (+1,8%, +1,7% y +1,5%) por el comportamiento expansivo de las rentas laborales de los hogares y el alivio de la carga financiera de las familias más endeudadas, como consecuencia de los menores tipos de interés y de la evolución favorable de la riqueza real de los hogares por el mantenimiento de la senda alcista de los precios de la vivienda.

También la inversión residencial continuará viéndose alentada por el comportamiento favorable del mercado de trabajo y por la persistencia de unas condiciones de financiación «benignas», al tiempo que la inversión empresarial seguirá mostrando un «notable dinamismo», aunque también mostrará un cierto perfil de desaceleración.

FUERTE RECORTE DE LAS EXPORTACIONES Y LAS IMPORTACIONES

En el plano exterior, tanto las exportaciones como las importaciones han mostrado en la etapa más reciente una «notable pérdida de dinamismo». De esta forma, el Banco de España ha recortado drásticamente sus estimaciones sobre las exportaciones, que crecerán un 1,6% este año, la mitad de lo estimado en marzo, mientras que crecerán por encima del 3% en 2020 y 2021.

Por el lado de las importaciones, la autoridad monetaria estima que aumentarán en 2019 un 1,4%, también un importante recorte de 2,2 puntos respecto a la estimación anterior, mientras que en 2020 (+3,8%) y 2021 (+3,6%) mejorarán notablemente. Como consecuencia de ello, la demanda exterior aportará solo una décima al crecimiento del PIB este año (dos décimas menos que en marzo), recortará dos décimas el próximo año y será neutral en 2021.

En cuanto a la evolución del déficit público, el Banco de España ha mejorado también sus previsiones. Así, estima que el déficit cerrará este año en el 2,4% del PIB, una décima menos que su estimación inicial, para situarse en el 1,8% en 2020 y el 1,6% en 2021, dos décimas menos que lo que había estimado en marzo.

NO HAY MEJORA DEL DÉFICIT ESTRUCTURAL

Sin embargo, advierte de que la reducción se debe a los efectos favorables del ciclo económico, mientras el saldo estructural apenas variará y permanecerá, por tanto, en niveles «muy elevados». Además, la estimación del déficit del 2,4% este año, está muy por encima del objetivo del Gobierno de cerrar en el 2%.

Finalmente, el Banco de España advierte de que estas previsiones no están exentas de riesgos a la baja y su intensidad ha aumentado en los últimos meses. Las incertidumbres, añade, proceden sobre todo del contexto exterior, donde algunos riesgos ya han comenzado a materializarse, y menciona la adopción de nuevas medidas proteccionistas o un resurgimiento de las tensiones geopolíticas.

RIESGOS A LA BAJA

También alerta sobre una salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo entre las partes, las dudas acerca de la efectividad de los paquetes de estímulo de China o la incertidumbre en torno a la senda futura de la política fiscal desarrollada en Italia, cuyo impacto se ha limitado por el momento a ese país pero no descarta que acabe incidiendo sobre otras economías del área del euro.

Entre los riesgos en el ámbito nacional, la autoridad monetaria destaca el «elevado» grado de fragmentación parlamentaria, que viene produciéndose desde hace varios años, lo que introduce una «mayor incertidumbre» acerca de la orientación futura de las políticas económicas y de la adopción de reformas que aumenten el potencial de crecimiento de la economía.