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El FMI confirma sus previsiones para España, pero advierte de que los riesgos se inclinan «a la baja»

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ratificado sus últimas previsiones de crecimiento para la economía española, que después de crecer un 3,2% en 2016, se expandirá a un ritmo del 2,3% este año y del 2,1% en 2018, aunque ha advertido de que los riesgos para estas perspectivas «se inclinan a la baja», principalmente por el impacto potencial de factores externos, incluyendo el débil crecimiento de las economías desarrolladas, una significativa desaceleración de los emergentes o la incertidumbre que rodea las negociaciones sobre el ‘Brexit’ y el auge del proteccionismo.

«El directorio ejecutivo saludó la impresionante recuperación económica, fuerte creación de empleo y rápida corrección de los desequilibrios de España», señala la institución en su informe anual sobre España, que ratifica las conclusiones preliminares de la misión que visitó el país a finales del pasado mes de octubre y advierte de que «el ajuste es incompleto», mientras persisten debilidades estructurales como un elevado desempleo y deuda pública, así como un débil incremento de la productividad.

De este modo, a pesar de que España seguirá creciendo a mayor ritmo que la zona euro durante los próximos años, el FMI augura que la expansión del PIB en 2017 y 2018 se moderará en parte por la menor contribución de elementos como la política monetaria y el precio del crudo, además de un previsible, aunque moderado, endurecimiento de la posición fiscal.

«Los riesgos para las perspectivas se inclinan a la baja», apunta el FMI, refiriéndose al impacto potencial del débil crecimiento de las economías avanzadas y emergentes, con la amenaza de una significativa desaceleración en estas últimas, así como por la incertidumbre que rodea las negociaciones de un acuerdo ‘post-Brexit’, y por la erosión del apoyo a las instituciones europeas y el aumento del proteccionismo, que pone en peligro la integración internacional y la coordinación del comercio.

En este sentido, el FMI calcula que la incertidumbre por el ‘Brexit’ podría restar alrededor de tres décimas al crecimiento de España hasta 2018 por su impacto sobre la confianza y el comercio, mientras que el efecto derivado de las medidas de estímulo esperadas en EEUU podría compensar el relativo empeoramiento de las condiciones de financiación.

A este respecto, la jefa de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, ha señalado en rueda de prensa que la institución no ha cuantificado el potencial impacto sobre economías como México de las medidas recientemente anunciadas por la Administración Trump, por lo que todavía no puede estimarse su impacto para la economía española.

«La ralentización de la demanda externa pesaría generalmente sobre el canal comercial, mientras las condiciones de mayor debilidad en Latinoamérica se transmitirían principalmente a través de canales financieros, incluyendo la potencial reducción de los beneficios de la banca española», apunta el FMI.

Asimismo, la institución advierte de que, a nivel doméstico, dar marcha atrás a los logros del pasado podría dañar la confianza del mercado, perjudicando a las inversiones y lastrando las perspectivas de crecimiento a medio plazo. Asimismo, el FMI señala que la débil implementación de los compromisos fiscales podría demorar aún más la reducción de vulnerabilidades presupuestarias, limitando el margen de maniobra en caso de futuros ‘shocks’ económicos.

De este modo, en sus proyecciones macroeconómicas a más largo plazo, el FMI contempla que el crecimiento del PIB de España se moderará gradualmente al 2% en 2019 y al 1,9% en 2010, mientras que en 2021 la expansión de la economía será del 1,7%.

De este modo, la tasa de paro de España seguirá bajando de forma gradual desde el 19,4% previsto para 2016 al 17,9% este año y el 17% en 2018, mientras que para 2021 la institución anticipa una tasa de paro del 15,3%.

En su informe, el FMI señala que las autoridades españolas coincidieron en gran medida con los técnicos del FMI en cuanto a las perspectivas y riesgos, expresando su compromiso de «preservar las reformas ante las presiones para su reversión» y, a pesar de que las proyecciones del Gobierno apuntan a unas dinámicas algo más fuertes que las del FMI, las autoridades reconocieron que «no hay margen para la complacencia».