Inicio Economía Elon Musk convierte a Tesla en una energética ¿genialidad o error?

Elon Musk convierte a Tesla en una energética ¿genialidad o error?

Tesla Motors ofrece 2.860 millones de dólares por SolarCity, una empresa también fundada y controlada por Elon Musk. Hasta ahora, las jugadas de Elon Musk han parecido brillantes. Los cohetes de SpaceX ya funcionan y los coches Tesla son el objeto de deseo de miles de consumidores y el terror de la industria del automóvil. Eso en el curriculum de uno de los genios que se hicieron ricos con PayPal.

En cambio, esta decisión de que Tesla compre SolarCity ha sido fuertemente criticada. Para empezar porque SolarCity es una empresa de Musk, que aunque sea el principal accionista de Tesla, no debería de usar el dinero del resto de accionistas para rescatar una empresa tuya y que dirige tu primo. Desde luego no suena bien. Dado que hay conflicto de intereses, Elon Musk se abstendría de votar en la decisión.

Pero aparte de los temas mencionados, existen motivos sólidos para opinar que es un gran error comprar SolarCity, mientras que otros opinan que se trata de una gran estrategia a largo plazo que convertirá a Tesla en mucho más que un fabricante de coches ¿quién tienen razón? Veamos sus argumentos.

Los que piensan que es una mala idea

Empecemos por lo que es SolarCity. SolarCity es una empresa que básicamente se dedica a instalaciones de paneles solares en viviendas particulares. Su plantilla y su negocio está dedicado a vender e instalar paneles solares, punto. Es cierto que estaban hablando de fabricar sus propias baterías, pero de momento no es algo que tengan avanzado. Las Tesla PowerWall están mucho más avanzadas.

En este sentido, lo que quieren decir los analistas, es que SolarCity no complementa ni aporta valor a Tesla, ya que no le ayuda con el problema de las baterías, que es el mayor cuello de botella que tiene Tesla por delante. Complementa más Tesla a SolarCity que SolarCity a Tesla. Así que si a los problemas que tiene Tesla añadimos que pone su cash en SolarCity, no parece una buena idea.

Los mercados no se han alegrado de esta decisión de Tesla, la primera prueba es que las acciones bajaron nada más salir la noticia (al contrario que las de SolarCity). Como ya hemos visto, Tesla tiene problemas de liquidez y para cumplir las expectativas de sus clientes necesita cash. Esos cientos de miles de coches que sus potenciales clientes han reservado no se van a fabricar solos (pensemos en pasar de fabricar 55.000 a 500.000 coches en cinco años), ni siquiera parecía que el dinero aportado en concepto de reserva sea suficiente.

De hecho incluso existen fans de Tesla a los que esta decisión les parece un error. Por ejemplo el analista de JP Morgan Adam Jonas (especializado en la industria del automóvil) al que en el New York Times lo han llamado “la animadora de Tesla”. Bien, Adam Jonas ha reducido el precio objetivo de Tesla de 333 a 245 dólares tras conocerse la noticia de que Tesla compraría SolarCity.

Y es que la compañía resultante va a tener una deuda de seis mil millones de dólares, no va a mejorar su capacidad de producir coches, no va a mejorar el ritmo al que quema cash y tampoco va a aumentar su capacidad de conseguir capital en caso de que lo necesite.

Los que piensan que Elon Musk será el Rockefeller del siglo XXI

En cambio por otro lado, hay quién piensa que la idea de Elon Musk va a convertir a Tesla en mucho más que un fabricante de coches. Son aquellos que comparan a Elon Musk con el Tony Stark de la vida real. Porque algunos creen que Tesla + SolarCity pueden dar un vuelco al mundo tal y como lo conocemos.

El mismo Elon ha dicho que Tesla Motors no es una empresa de coches, sino una empresa de suministro y fuentes de energía renovables. Quizás va siendo hora de que al igual que Apple dejó de ser Apple Computer hace bastantes años, Tesla deje de ser Tesla Motors. Si estas son las intenciones del señor Musk.

Porque la combinación de Tesla con sus coches eléctricos y sus baterías y los paneles de SolarCity atacarían completamente lo que hasta ahora ha sido el modelo energético conocido. La instalación de nuestra casa nos proporcionaría la energía para ir a diario al trabajo (y para viajes más largos están los supercargadores), así como la electricidad que necesita nuestro hogar. Incluso el coche se podría convertir en una batería de emergencia en caso de que tuviéramos varios días de lluvia o que tuviéramos energía acumulada en nuestra casa y nuestro coche y optáramos por venderla en los momentos de picos de demanda del mercado.

En este sentido, Tesla estaría dejando de ser un fabricante de coches como Apple a ser la empresa de energía y movilidad del siglo XXI. Una mezcla entre lo que fueron los fabricantes de coches, las compañias petrolearas y las empresas energéticas en el siglo XXI. La diferencia estaría en una generación y almacenamiento de energía distribuído en las casas de las afueras de las ciudades americanas, lo contrario que predecía “The End of Suburbia” y parecido a “La Economía del Hidrógeneo” de Jeremy Rifkin.

Claro, que, Tesla tendría que conseguir los recursos económicos que necesita para montar esto de algún lado, porque de momento sólo con la parte de fabricar coches tienen ya bastantes problemas que de momento no han solucionado. Ahora mismo quizás ese es el problema de Tesla, que se toman decisiones que pueden ser geniales en quince años, pero no estamos seguros de que vaya a responder bien a los desafíos que tienen por delante en los próximos cinco.

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Imagen | OnInnovation y pestoverde