La EPA del primer trimestre de 2021 arroja una destrucción de empleo que afecta, sobre todo, a personas de entre 25 y 44 años y a un colectivo condenado a la permanente búsqueda de empleo: los parados de larga duración. Personas desempleadas desde hace más de un año y para los que la edad no se convierte en un plus de experiencia, sino en un importante obstáculo para encontrar trabajo.