Inicio Economía Los partidos se autoexculpan del hundimiento de las cajas

Los partidos se autoexculpan del hundimiento de las cajas

El Congreso de los Diputados aprobó ayer el informe sobre su investigación de la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorros. La Comisión, que ha trabajado durante año y medio, señaló al Banco de España como el principal responsable, y apostó por una reforma integral de los mecanismos de supervisión y regulación para evitar que se repita una nueva crisis. Por el contrario, la Comisión autoexculpó a los partidos políticos de haber agravado el impacto de la recesión en las cajas de ahorros. Precisamente fue este asunto el que llevó a Ciudadanos a ser el único partido que votó en contra, mientras que Unidos Podemos se abstuvo.

En la Comisión de investigación han comparecido más de 80 altos cargos de organismos supervisores, reguladores, de entidades bancarias y asociaciones financieras. La conclusión es que los principales organismos reguladores, sobre todo el Banco de España, fallaron en su diagnóstico y no atajaron la crisis, permitiendo que la burbuja creciese hasta proporciones desmesuradas. «A partir de mediados de los años 1990 se produjo una expansión desmesurada del negocio financiero en España, que se dio a un nivel especialmente pronunciado entre los años 2000 y 2007, en los que el volumen del crédito se multiplicó por 3,2, hasta suponer el 157% del PIB. Es decir, se prestaba más dinero que la riqueza total que generaba la actividad económica», dice el informe.

La implantación de las provisiones contracíclicas «fue prácticamente la única medida con cierto empaque tomada por el Banco de España en la gestación de la crisis de cara a salvaguardar la solvencia de las entidades y la estabilidad del propio sector financiero». Ello a pesar de que la Comisión incide en que la ley establece que el Banco de España «es el organismo encargado de promover el buen funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero». Señala el informe que las entidades de crédito, bancos y cajas de ahorros financiaron todo el ciclo inmobiliario: la promoción, la construcción y la adquisición de viviendas. «Con lo cual se generó un modelo de negocio perverso que irremediablemente había de quebrar, en el que se fue concentrando la actividad de estas entidades.

En cualquier caso, aclara que «fue la desmesurada actividad crediticia la que fomentó la psicosis inmobiliaria, y no al revés». Asegura que la burbuja que se creó «quedaba bajo la responsabilidad de los organismos de supervisión financiera, que no hicieron frente a sus obligaciones al respecto». A esto se sumó «una mala praxis por parte de las entidades», que en la búsqueda de las máximas ganancias en el corto plazo relajaron cada vez más, los niveles de exigencia».

Las recomendaciones de la Comisión pasan por cambiar los esquemas de supervisión, regular determinados productos financieros y dotar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de instrumentos inspectores y sancionadores «más potentes». Apunta a que el objetivo es llevar el modelo supervisor hacia la excelencia en la gestión, para lo que resulta necesario reforzar su independencia.