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Los salarios pierden peso en el PIB en beneficio de las rentas empresariales

Actualizado 27/08/2017 12:06:46 CET

Economía aboga por normalizar los salarios, pero sin dañar la creación de empleo

MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) –

La remuneración de los asalariados ha reducido dos puntos su peso en el Producto Interior Bruto (PIB) entre el cuarto trimestre de 2007 y el segundo trimestre de 2017, de manera que actualmente representa el 47% del PIB a precios corrientes, frente al 49% de hace una década, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio de Economía y Competitividad.

Los dos puntos perdidos por los salarios en el PIB en estos diez años han ido a parar a las rentas empresariales, que han pasado de suponer el 41% del PIB a representar el 43%. Por su parte, el peso de los impuestos netos en el PIB se ha mantenido estable en este tiempo, situándose en el 10%.

En la última década, la participación de las rentas laborales en el PIB encuentra su punto máximo a finales de 2009, cuando alcanzó el 51%, para después iniciar una senda de descenso que tiene su mínimo en 2012, año en el que se situó en el 46%. Desde entonces, afirman desde el Ministerio de Economía, este porcentaje se ha mantenido más o menos estable, en valores próximos al 46%-47%.

Coincidiendo con el mínimo de las rentas salariales, las rentas empresariales (excelente de explotación bruto y rentas mixtas brutas) alcanzaron su máximo de participación en el PIB en 2012, con un 44%. Desde entonces, la tendencia ha ido estabilizándose hasta suponer actualmente el 43%.

Fuentes del Ministerio de Economía atribuyen la pérdida de peso de la masa salarial en el PIB al fuerte proceso de destrucción de empleo que sufrió la economía española durante la crisis, con más de tres millones de puestos de trabajo perdidos de los que aún quedan por recuperar en torno a 1,5 millones. El Gobierno confía en que, creando medio millón de empleos anuales, se logre alcanzar el nivel de ocupación existente antes de la crisis al final de la actual legislatura.

De momento, la recuperación que vive la economía española desde 2013 ya ha permitido que en el segundo trimestre de este año se haya recuperado el nivel de renta real que se tenía antes de la crisis, superándolo incluso en un 1%.

Sin embargo, el mercado laboral aún tiene mucho camino por delante si quiere volver a niveles precrisis. Según la Contabilidad Nacional, el número de asalariados actual es un 11% inferior al de 2007. Esto explica, según Economía, por qué la masa salarial ha perdido peso en el PIB, ya que ésta viene determinada por la evolución del empleo, o lo que es lo mismo, si la economía tiene menos trabajadores que hace diez años, el peso de los salarios sobre el PIB ha de ser necesariamente inferior.

PERO ¿CÓMO HAN EVOLUCIONADO LOS SALARIOS?

La economía española dispone de varias fuentes estadísticas para obtener datos salariales, entre ellas la Encuesta de Costes Laborales y la Contabilidad Nacional, ambas publicadas por el INE.

Desde Economía consideran útiles todas ellas, incluida la estadística de convenios colectivos que publica el Ministerio de Empleo, pero entienden que la que proporciona una mayor cobertura es la Contabilidad Nacional, pues la Encuesta de Costes Laborales sólo incluye a los funcionarios inscritos en el Régimen General de la Seguridad Social, excluye a las ramas primarias y hasta 2009 no incorpora a los servicios públicos.

De ahí, indican desde el Ministerio, que existan diferencias entre la remuneración salarial que arrojan una y otra. Además, explican, la Contabilidad Nacional ofrece los datos en términos brutos y la Estadística de Costes Laborales en valores netos. Eso sí, ambas dejan fuera a los trabajadores autónomos que, en el caso de la Contabilidad Nacional, se incluyen dentro de las rentas empresariales.

En concreto, si se toman los datos de la Contabilidad Nacional, se observa que la remuneración media por asalariado en términos nominales se ha incrementado casi un 13% en los últimos diez años, desde 7.782 euros por trimestre a 8.769 euros.

En términos reales (teniendo en cuenta la inflación), la remuneración media por asalariado es hoy un 1,4% superior a la de 2007, con 8.143 euros por trimestre en el segundo trimestre de 2017 frente a los 8.032 euros del cuarto trimestre de 2007. Esto significa, según Economía, que no se puede decir que se haya perdido poder adquisitivo, sino que se ha ganado respecto a 2007.

Si la comparación finaliza en 2016, la remuneración media real por asalariado que refleja la Contabilidad Nacional es un 2,4% superior a la existente en 2007 (35.109,2 euros anuales frente a 34.280,5 euros).

Por el contrario, la Encuesta de Coste Laboral muestra una situación bien distinta. De acuerdo con esta fuente estadística, el coste laboral medio real por trabajador y mes, que sería el equivalente al concepto de remuneración por asalariado de la Contabilidad Nacional, se situó en 2016 un 2,5% por debajo del nivel de 2007, con 2.541,3 euros mensuales frente a 2.605,5 euros al mes.

Después de cinco años de retrocesos, el coste laboral por trabajador y mes registró en 2015 su primer repunte desde 2009. Sin embargo, en 2016 volvió a bajar tras experimentar descensos en sus cuatro trimestres. En el primer trimestre de 2017 (último dato publicado) no experimentó variación.

La Contabilidad Nacional refleja también el retroceso que está experimentando la remuneración media real por asalariado en los últimos meses, pues acumula cuatro trimestres de descensos.

Por su parte, el coste salarial real (que tiene en cuenta la inflación y excluye las cotizaciones sociales, entre otras percepciones no salariales) muestra un retroceso del 1,4% entre 2007 y 2016, al pasar de 1.923,8 euros mensuales a 1.897,5 euros. A pesar de que en 2014 subió por primera vez desde 2009, encadenando en 2015 un nuevo repunte, en 2016 volvió a retroceder.

A raíz de los datos disponibles, en el Ministerio de Economía interpretan que el proceso de normalización de los salarios aún no ha finalizado y señalan que normalizar los salarios significa tener un nivel salarial «compatible» con un crecimiento del empleo sostenido en el tiempo. La razón, argumentan dichas fuentes, es que el objetivo principal sigue siendo la creación de empleo. Dicho de otra manera, los salarios no pueden perjudicar la generación de puestos de trabajo.