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Verdú defiende que las cuentas de 2011 de Bankia no se falsearon e hizo lo que tuvo que hacer con las ‘black’

Publicado 20/09/2017 9:01:48CET

MADRID, 20 Sep. (EUROPA PRESS) –

El exconsejero delegado de Bankia Francisco Verdú ha defendido que las cuentas del ejercicio 2011 que presentó Bankia no estaban «falseadas», a pesar de que la entidad dio a conocer en principio unas ganancias de 309 millones de euros que más tarde actualizó a pérdidas por casi 3.000 millones de euros.

«Usted dice que es una estafa, pero eso no está claro. Yo no creo que las cuentas estuvieran falseadas», ha apuntado el que fuera ‘número dos’ del banco durante la presidencia de Rodrigo Rato en una entrevista concedida a ‘Vanity Fair’ que recoge Europa Press.

Verdú ha criticado que «ahora se buscan culpables» sobre el tema de las cuentas de Bankia y su salida a Bolsa, «pero entonces el Gobierno, la vicepresidenta Elena Salgado, el Banco de España, el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, la CNMV, los bancos de inversión… todos empujaban la salida a Bolsa. Era casi una cuestión de Estado».

El ex consejero delegado ha insistido en que las cuentas de Bankia no estaban mal, aunque «es más morboso decir que había un agujero y se ocultaron los datos». En su opinión, el banco tuvo que hacer frente a un aumento de provisiones por la caída del valor de los activos inmobiliarios.

«Si la economía hubiera ido bien, quizá no se hubiera producido el saneamiento fuerte que se hizo. Pero la economía se descalabró de nuevo», ha indicado. «En Bankia parece que hay una mano negra que ocultó la información y yo no he visto esa mano. Lo que he visto es cómo la economía se pegaba una castaña que deterioró las cuentas», ha añadido Verdú, que durante la entrevista se pregunta: «¿Qué pasa, que el Banco de España, que tenía permanentemente inspectores, no ve nada?».

EL PLAN DE RATO QUE NO PROSPERÓ

Verdú se ha mostrado «a favor» de la intervención de Bankia, aunque ha apuntado que «otra cosa es el tamaño del rescate». «Había un plan de Rato que era la mitad del dinero que se puso. Habría que dilucidar si era suficiente o no», ha añadido.

Preguntado sobre la limitación de sueldos que impuso el Gobierno tras el rescate, por la cual Verdú pasó de una retribución de 2,6 millones de euros a 600.000 euros, el exdirectivo de Bankia ha reconocido que «no es justo que, cuando una entidad y sus accionistas pierden dinero, los ejecutivos sigan ganando tanto».

ADVIRTIÓ A RATO DEL USO DE LAS ‘BLACK’

En la entrevista, Verdú ha explicado que, al conocer la existencia de unas tarjetas «para gastos sin justificar», rechazó la suya y advirtió a los directivos que él creía que eran los únicos a los que se les ofrecía la Visa: Rato, Ildefonso Sánchez Barcoj (ex director financiero) y Manuel Fernández Norniella (exconsejero).

Verdú ya reconoció que había aconsejado a Rato sobre el uso de esta tajeta ante el tribunal que juzgaba el uso presuntamente fraudulento de las tarjetas ‘black’.

En la entrevista, el exdirectivo ha defendido su actuación y, preguntado sobre por qué no denunció la utilización de las tarjetas ‘black’ ni llevó el tema al consejo de administración, ha alegado que creía que solamente las utilizaban cuatro personas, a las que advirtió.

«Yo desconocía el uso anterior (de las tarjetas) en Caja Madrid. Después de ese día no pensé en las tarjetas nunca más. Hice lo que tenía que hacer, decírselo al presidente y a los que dependían de él», ha explicado. Verdú se ha defendido apuntando que «existe una auditoría interna, una auditoría externa y, en teoría, si fueran independientes, sí se podría controlar».

Por otra parte, ha señalado que no vivió «la política» dentro de Bankia, pero sí la «olió». «Yo no la viví, pero la olí. La relación permanente de Rodrigo (Rato) con el ministro de Economía, con Rajoy, no la había visto en ningún banco», ha dicho.

Verdú ha preferido no revelar si sufrió amenazas o presiones, al no querer «que afecte a nadie» lo que pueda contar. «En cualquier caso, desoí cualquier intento», ha explicado.

El exdirectivo ha reconocido que, al llegar a Bankia, le sorprendió «el lujo interno que había», algo que comentó a Rato. «La reflexión que hay que hacer es cómo las cajas, que tienen una limitación retributiva porque dependen de organismos públicos, utilizan argucias para compensar a los ejecutivos. Muchas cajas han hecho esto», concluye.