El objetivo, según dijo, era evadir la responsabilidad de cumplir con los pagos de la deuda.
Ella sabía que el sistema financiero nacional prohíbe y sanciona a las personas que realizan transacciones monetarias.
Así que “María” se quedó en el aire por hacer crecer su dinero y “apoyar” a sus amistades.
“Rubén”, por su parte, formó parte de una “pirámide” que organizaron en Portoviejo. Él en la primera semana entregó cien dólares, y debió llevar a dos amigos para hacer crecer la “cadena” con sus aportes económicos; y así luego recibiría su inversión y con “intereses”.
Atención. Sin embargo, luego de haber involucrado a más de seis conocidos, entre familiares y amigos, los organizadores de la “pirámide” desaparecieron de la ciudad.
Hubo más de 50 estafados.La mayoría profesionales de reconocida trayectoria, los cuales, por evitar la burla, optaron por el silencio.
Lo sucedido a “María” y “Rubén” no son lo mismo, y aunque muchas veces los perjudicados lo denuncian así, el fiscal en el transcurso de la investigación determina si se trató de captación ilegal de dinero o estafa.
Una fuente de la Fiscalía informó que desde enero del 2018 a la fecha se registraron 826 denuncias por estafa y seis por captación ilegal de dinero.
Captación es organizar, desarrollar y promocionar, de forma pública o clandestina, actividades de intermediación financiera.
Estafa, en cambio, consiste en que la persona para obtener beneficio patrimonial para sí mismo o tercera persona, mediante simulación de hechos falsos u ocultamiento de hechos verdaderos, induce al error a otra persona, con el fin de que realice un acto que perjudique su patrimonio o el de una tercera persona, según estipula el COIP.
Estos meses regularmente se generan pirámides y las autoridades advierten a los ciudadanos que no caigan en esas tentaciones, pues siempre se trata de estafas, pese a las promesas y supuestas garantías o seriedad que ofertan.
Hace un mes se detuvo a una banda que pedía dinero para dar trabajo en el IESS de Portoviejo.
