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Edwin sabe cómo hallar al culpable | El Diario Ecuador

Los involucrados deben respetar las leyes mientras avanza el proceso para determinar responsabilidades. Unos encuentran la libertad gracias a la investigación y otros deben cumplir la sanción.

Allí es cuando entra en acción la labor de los peritos, es decir de los expertos. Es el caso de Edwin Eduardo Lara Vargas (31), quien integra la Oficina de Investigación de Accidentes de Tránsito (OIAT) de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE). 

El vigilante aseguró que buscó un espacio en la CTE luego del llamado para que la entidad operara a nivel nacional. “Entonces y tras concretar un esfuerzo pude ingresar, luego de cumplir los requisitos. Sin lugar a dudas fue una decisión que cambió mi vida”, sostuvo.

Aporte. Según Lara, lo fundamental es fijar todos los elementos que se encuentran luego del accidente de tránsito, para tener una idea y llevarla a las autoridades.

“Uno al fiscal debe dotarlo de evidencias para que cumpla con una buena labor y así las decisiones sean acertadas”, expresó Edwin Lara.

En un accidente de tránsito se investigan todos los elementos, especialmente cuando hay personas lesionadas.

Fuerza. El área de trabajo se localiza en las carreteras en las que la Comisión de Tránsito del Ecuador tiene competencia. 

Una vez que son informados de su necesidad en la escena o lugar del accidente, los investigadores se dirigen al punto repasando en su mente los protocolos aprendidos en las capacitaciones. 

También deben realizar levantamientos de cadáveres para llevarlos al Centro Forense de Manta.

“Es lo más triste y doloroso de mi trabajo, pero también es una labor que tengo que realizar como funcionario público”, dijo Lara.

Aunque no lo deseen, tienen que acostumbrarse. “No podemos demostrar dolor ante algo real y que acontece”, citó.

Por lo general, las escenas son fuertes, sobre todo las que involucran a los familiares de las víctimas. “Entonces vienen las demostraciones de dolor que suelen partir el alma”, añadió.

Blando. Pese a la preparación física y mental, un vigilante tiene su parte humana y a Lara lo ponen a reflexionar los sucesos donde están de por medio víctimas fatales.

“Ver a una persona desmembrada y con vida es lo más triste, primero por el dolor que debe tener y la impotencia de uno de no proceder con ayuda porque debe asegurar el lugar y evitar que los curiosos causen más daño. Eso lastima, pero debo sobrellevarlo”, acotó.