Inicio Ecuador ‘Ephanor’ no ha sido olvidado | El Diario Ecuador

‘Ephanor’ no ha sido olvidado | El Diario Ecuador

 “Allí trabajaba mi viejito”, expresa el conductor mientras divide su atención entre la vía y el sector donde solía laborar su padre.

En la frente se le hacen pliegos y la mirada se pierde en el horizonte, seguramente lleva a su mente los momentos gratos de cuando don “Ephanor”, como le decían de afecto, lo apuraba para que hiciera sus cosas y le exigía siempre respeto y cordialidad.

Hoy los hijos de  “Ephanor”, dos hombres y la única mujer, están agradecidos, ya que la disciplina los hizo gente de bien y aplican su proceder con sus sucesores.

El 6 de mayo del 2010 Ángel Briones Saltos perdió la vida luego de batallar en el hospital. El hombre de 65 años intentó vomitar desde la segunda planta y para su mala suerte perdió el equilibrio, cayó de cabeza y se hizo de lesiones que terminaron cortándole la existencia.

Inicio.   Briones nació en Santa Ana, en el sector Las Guaijas, y pasados los veinte años de edad optó por mudarse a Portoviejo con la aspiración de mejores días. 

Y así fue. La habilidad para manipular las diversas partes de los vehículos le hizo ganarse un puesto en el departamento de mecánica del Ministerio de Obras Públicas, donde se afianzó merced a sus conocimientos y honradez. 

Don “Ephanor”, como lo bautizaron sus allegados por su parecido físico con el futbolista brasileño nacionalizado ecuatoriano Víctor Ephanor, se convirtió en pieza clave de su grupo de trabajo y laboró allí hasta que finalmente optó por abrazarse al descanso mediante la jubilación.

Descanso.   Lo bueno dura poco, dice el refranero popular, y en el caso de Ángel Briones el tiempo fue corto para pasarlo con su gente.

Los 65 años (al momento de su muerte) jamás representaron impedimento alguno para desplazarse a algún lugar, aunque por lo general no salía de la cuadra en la que residía.

Briones y su esposa Olga Chávez se radicaron en un inmueble cerca al hospital. 

Luego de jubilarse, don “Ephanor” encontró cerca de la residencia el lugar para distraerse en conjunto con otros vecinos.

La ebanistería del sitio se convirtió en el punto de encuentro de los amigos. 

El punto estratégico sirvió para congregar a quienes por diversos motivos se sentían aburridos en sus domicilios. A la vez les servía para mantenerse en actividad, ya que ayudaban al maestro en alguna actividad, en especial cuando habían pedidos grandes y faltaba el tiempo para cumplir el pacto.

Accidente.   Alrededor de las 11h00 del fatídico día el jubilado departió con varios de sus amigos, y en algún momento fue al baño localizado en la planta alta. Al parecer intentó vomitar y su cuerpo cedió por una especie de balcón. Ángel cayó sobre una plancha de concreto. 

Familiares y amigos lo llevaron al hospital, a pocos metros. El afectado quedó inconsciente y jamás logró recuperarse. 

A las 19h00 la familia fue informada de la mala noticia, debido a lesiones irreversibles en el cerebro.