Inicio Ecuador Fue por un perezoso y lo atropellaron | El Diario Ecuador

Fue por un perezoso y lo atropellaron | El Diario Ecuador

“Tomasito”, como lo conocen de cariño, lleva cerca de 14 años como bombero de El Carmen y constató en carne propia el peligro que enfrenta a diario en su labor.

Aunque no recuerda la fecha exacta en la que ocurrió el accidente, comenta que hace unos cinco años, por disposición del ECU-911, acudió junto con otros bomberos hasta el barrio Carmenses en Lucha a rescatar un oso perezoso.

El llamado fue en la noche y hasta el lugar también llegaron miembros de la Policía, ya que el animal era atacado a pedradas por algunas personas. 

Tomás señala que cuando llegaron al lugar lo primero que hicieron fue pedir a los ciudadanos que dejaran de agredir al animal, ya que iba a ser trasladado hasta su hábitat natural.

“No demoramos mucho en rescatarlo. Lo bajamos y lo pusimos en la camioneta, cuando empezó mi tragedia”, dice.

Tomás recuerda que mientras el animal estaba a buen recaudo, él se ubicó  en el costado izquierdo de la camioneta. De pronto, sin darse cuenta, una camioneta que rodaba sin frenos lo embistió, arrastrando también a un policía.   

“Yo no me di cuenta del carro. El policía sí porque saltó un poco y en algo esquivó el golpe, pero a mí me llevó de lleno”, recuerda.

LA MUERTE. En cuestión de segundos, Tomás estaba entre las llantas delanteras de ambos carros.

El protagonista de esta historia cuenta que tuvo a la muerte entre “la ceja y el ojo”, sin embargo reconoce que aquel día, la parca no se lo quiso llevar. 

Tras el accidente, sus compañeros lo atendieron pero “sentí mareo y el dolor en mis extremidades era intenso”.

La ambulancia de la institución, además de rescatar al perezoso, sirvió para trasladarlo hasta el hospital. 

Tomás perdió el conocimiento y después de ser atendido en el hospital básico El Carmen, lo derivaron a una clínica particular en Santo Domingo de los Tsáchilas.

El golpe más fuerte lo recibió en las piernas y los brazos, incluso cerca del codo izquierdo.

Una cicatriz le quedó como recuerdo de que aquel día “volvió a nacer”. 

La recuperación del bombero tomó varias semanas y cuando se reincorporó a sus labores, tomó más precaución.