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La cárcel se siente más en los días festivos | El Diario Ecuador

Ha estado privado de su libertad en varias ocasiones, así que pasar encerrado entre cuatro paredes no le resulta novedoso.

Pero si hay algo triste en la prisión, es no compartir con la familia y los amigos en las fechas especiales, como Navidad, fin de año, y los cumpleaños.

La charla permanente con los compañeros ayuda a mantener la mente ocupada. A los internos también les parte el alma no acompañar a los suyos en la enfermedad.

En el caso de “Paco” (identidad protegida), reconoce haberse robado varias motocicletas hace mucho tiempo; también haber consumido drogas.

Pero cierto día, cuando ya se había alejado del mal y empezaba una vida por el bien, le allanaron la casa, tumbaron la puerta y estuvo preso durante tres meses.

“Así como estaban las cosas, lo más seguro era que me condenaran, pero el perjudicado recuperó su moto y se dio cuenta que yo era inocente. Entonces retiró la acción y a los días volvía a mi casa”, dijo “Paco”.

Inicios. A los 14 años de edad comenzó robando celulares y meses después ya acompañaba a sus vecinos en los asaltos para sustraerse todo objeto de valor al alcance.

Sin importar la marca y color, por los vehículos robados recibía 150 dólares, cifra que pasaba saludando con su bolsillo, ya que por lo general todo se “hacía humo”, es decir que lo destinaba para la compra de drogas. Refugiarse en los prostíbulos era otra de las aficiones que tenía.

CIta. Cierto día lo llamó un amigo a su celular para pedir información por un vehículo robado. “Paco” estaba al cuidado de su hija recién nacida y aceptó la cita, no sin antes dejar claro que él ya no pertenecía a ese mundo.

El conocido arribó a su casa con otro sujeto, quien le dijo en la cara que él con un arma de fuego le había arrebatado la motocicleta; esto originó malestar en “Paco”, quien terminó botando de su barriada a las personas, con quienes habló poco.

En la madrugada del 15 de diciembre un grupo de policías ingresó a su vivienda y tras tumbar la puerta se llevaron a “Paco”. Realizaron una búsqueda por la casa, pero no encontraron nada robado.

La palabra y la acusación fueron motivos suficientes para mantenerlo detenido.

Libre. La Navidad y el año nuevo lo agarraron en la celda. A la medianoche “Paco” consiguió un celular, al cual lo llamó el acusador para decirle del hallazgo de la moto y pedirle disculpas.

Aún así debió realizar una declaración juramentada y adjuntarla al proceso. A los 15 días recuperó su libertad.

Ya libre, a los meses llevó en su moto a una amiga, que fue arrollada por un camión. Quisieron involucrarlo en el hecho, pero las cámaras del ECU-911 demostraron que la dejó sana y salva.