Inicio Ecuador La infección le quitó una de sus piernas | El Diario Ecuador

La infección le quitó una de sus piernas | El Diario Ecuador

Ernesto Vélez se movilizaba en su motocicleta por las calles de Portoviejo, pero un choque lo hizo parar.

Era el sábado 24 de junio del 2016. El sol no pegaba tan fuerte y por la mente de Ernesto cruzaban buenos deseos para su vida y su familia.

Se movilizaba al mercado para comprar alimentos. En el transcurso del viaje una camioneta lo embistió e impactó con el “mata burro”.

Ernesto mantuvo el equilibrio durante varios segundos, buscó la orilla y al querer bajar cayó desplomado sobre la calzada, con su pierna destrozada. El saldo: una fractura de tibia y peroné.

AUXILIADO. Fue llevado hasta una casa de salud de Portoviejo, pero luego lotrasladaron a una clínica en Manta. Fue intervenido quirúrgicamente.

Recuerda que al salir de la operación movía los dedos y tenía sensibilidad en la pierna. Tenía la esperanza de no perder la extremidad. Luego de su intervención algo le decía que no estaba bien con su pierna. Agrega que le dieron el alta muy rápido y eso también influyó en la recuperación.

“La verdad que yo pierdo mi pierna por negligencia médica”, supone Vélez, quien aduce que no recibió los cuidados adecuados en este sitio.

“Al otro día de operado tuvieron que sacarme porque el seguro no cubría tantos días en la clínica y tenía que salir de mi bolsillo. Mi familia es de bajos recursos económicos y no había dinero”, agrega Vélez. Lo operaron el sábado y lo sacaron el lunes.

INFECCIÓN. Por salvar su pierna mantenía todas las normas de limpieza por parte de su madre y su propio cuidado. Solo pasó un día en su casa, ya que sentía que algo carcomía su extremidad. 

Fue trasladado nuevamente al hospital, donde le indicaron que una infección se había propagado por toda la pierna, provocando una gangrena que le podía producir la muerte. “Al verme, era que me había caído gusano”, manifiesta Vélez mientras sostiene su nueva pierna metálica. Don Ernesto es positivo, no se detuvo, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados.

“Gracias a Dios, un primo y familiares me consiguieron esta nueva pierna”, manifiesta con alegría.

Hace una demostración de cómo caminar, evidenciando que todo es posible.

Ahora don Ernesto busca un trabajo para solventar a su familia y los nietos que tiene a cargo, porque a pesar de que no tiene pierna Dios lo bendice cada día. “Soy agradecido por la oportunidad de estar con vida”, expresó Vélez sobre su situación.