La señora comentó que el 26 de octubre llegó a Santo Domingo un antropólogo de Quito, quien tomó muestras a las osamentas de Brissa para realizar un análisis y posteriormente un informe.
Ella espera los resultados para poder darle cristiana sepultura a la adolescente.
“No descansaré y lucharé para que los responsables de la muerte paguen y nada quede impune. También lo hago para que a otras niñas no le hagan lo mismo”, indicó.
Brissa, oriunda de Portoviejo, desapareció el 8 de junio del 2017, según la denuncia asentada en la Policía y Fiscalía.
La última vez que se la vio con vida fue en una fiesta en la cooperativa Che Guevara, de Santo Domingo.
La búsqueda de la adolescente terminó el 25 de octubre cuando sus osamentas aparecieron en un saco de yute, en un terreno baldío en la vía a Colorados del Búa.
Laura sostuvo que reconoció a su hija por un tatuaje y por la ropa que tenía.
