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Murió celebrando su salida de prisión | El Diario Ecuador

 Decían que había muerto en un accidente de tránsito o en el asalto a un banco. Por eso su arribo sorprendió a los habitantes de su comunidad. 

En un principio lo trataban a distancia porque no conocían lo hecho por él en la década en que estuvo ausente y de pronto se regó el apodo de “Pillón”.

Solía ausentarse varios días, y cuando llegaba, también pasaba meses en su lugar de nacimiento. Las adultas mayores que estaban enfermas y las de escasos recursos económicos se convirtieron en sus amigas. Si alguien no tenía para la receta o comida, allí estaba “Pillón” para ayudarlo.

Además, si algún agricultor carecía de recursos económicos para comprar semillas, acudía donde Alfredo para que lo apoyara. Al salir la cosecha, devolvía el dinero.

INICIOS. Lo que en principio fue temor se transformó luego en cariño.

La realidad era que “Pillón” no era ni más ni menos que el conductor de una reconocida banda de asaltantes de entidades bancarias y blindados, que por muchos años tuvo con dolor de cabeza a la Policía.

Durante los diez años de “perdido”, vivió en diversos sectores del país y salía cuando iban a dar algún golpe. Volvía para esconderse y compartir el botín con los necesitados.

Cierta ocasión en la provincia de Los Ríos, fue víctima de un atentado criminal. Una banda delictiva se dedicó a espantar a la competencia para adueñarse del territorio. 

LASTIMADO. En esa ocasión lo hirieron de 14 balazos. Fue tal la suerte que ninguno de los proyectiles le dañó órganos vitales.

Brazos y piernas fueron el blanco de las balas, sin embargo, Alfredo fue apresado por robo. Lo condenaron a seis años por dicho delito.

En la cárcel se enteró de que su cónyuge esperaba a su tercer hijo, así que decidió cumplir la pena y reintegrarse a la sociedad.

En su tierra era muy querido, por tanto no había motivo para seguir delinquiendo. El tiempo previo al atentado lo pasó en familia. Disfrutó con ellos y quiso mantenerse en esa línea.

Los nuevos apodos tras el atentado fueron desvirtuados cuando “Pillón” se estrelló contra un poste de energía eléctrica. 

Estaba celebrando su libertad, pero murió al chocar con el poste de hormigón. No la disfrutó mucho.