Además, creyó que iba a morir lejos de su tierra y que nunca más vería a sus tres hijos.
En honor a ellos, decidió tatuarse en prisión. En el brazo derecho lleva los nombres de los tres niños, mientras que en el izquierdo se hizo dibujar el nombre de su única hermana junto con tres estrellas que representan a su abuela y sus padres muertos.
Víctor fue pescador, tiene 30 años y hace cinco fue detenido por un guardacostas estadounidense por el delito de narcotráfico. Lo capturaron en el 2013, mientras navegaba con una carga de droga frente a las costas de México.
Él es uno de los 33 ecuatorianos que fueron repatriados desde EE.UU., en noviembre del año pasado, y el lunes se convirtió en el primero en recobrar la libertad.
Víctor dice que llegó al país a terminar de pagar su condena en la cárcel El Rodeo de Portoviejo, y salió libre bajo un beneficio penitenciario. Cuando salió de la cárcel, lloró de emoción al reencontrarse con su tío, Hugo Medranda.
Asegura que cometió el ilícito por necesidad y que ahora está arrepentido.
“En prisión perdí lo más valioso de la vida: mi madre y mi hogar”, expresa.
Su madre falleció hace dos años, y su esposa ahora tiene otro compromiso. Él afirma que luchará por sus hijos para darles el mejor ejemplo. Siempre soñó con estar junto a ellos y ahora eso se cumplió.
> estados unidos. Víctor manifiesta que estuvo detenido en una cárcel de Miami. En prisión trabajaba como jardinero, y al mes ganaba 40 dólares. A los tres meses de su detención, pudo contactarse con su familia e informarle que estaba recluido en Estados Unidos.
“Es duro estar preso en una cárcel donde nadie llega a visitarte. Por eso me hice los tatuajes de mis hijos para sentirme acompañado. Lejos de nuestra tierra uno siente que pierde todo y se derrumban los sueños. El sufrimiento es triste cuando no hay dinero para comprar comida en prisión”, cuenta.
En la cárcel aprendió a elaborar artesanías y luego realizó un curso para estudiar inglés.
Víctor menciona que es normal que los pescadores se tatúen los nombres de los familiares en Estados Unidos para recordarlos siempre.
Hugo Medranda recuerda que el trámite de repatriación de su sobrino, Víctor, demoró más de dos años, pero cuando lo vio llegar al país sintió una alegría inmensa. Ambos viven en Manta.
“Mi apoyo será para siempre, porque mi sobrino tiene a sus padres muertos y yo soy su único pariente en Manta”, explica Medranda.
Un informe del Ministerio de Justicia indica que Víctor fue beneficiado en una audiencia penitenciaria que no corresponde a la libertad total, debido a que debe presentarse en la cárcel El Rodeo una vez por semana durante tres meses, hasta cumplir toda la condena.
“Para nosotros es un logro que el pescador sea el primer repatriado en salir en libertad bajo nuestro sistema de beneficios”, manifiesta Mayra Mero, directora de la cárcel.
Rocío Peralta, trabajadora social del centro penitenciario, dice que Víctor debe cumplir cuatro horas de trabajo comunitario y participar en capacitaciones dentro de la cárcel.
Víctor respira en libertad. Tiene prohibido salir del país durante los próximos cinco meses.
Sonia Arteaga, coordinadora del Ministerio de Justicia en Manabí, informó que para la rehabilitación de los detenidos repatriados están fortaleciendo los vínculos con sus familiares. En noviembre del 2017 repatriaron a 33 pescadores, y en este año han repatriado a 20.
