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Jóvenes, estudien

El acceso a la educación lleva sufriendo en los últimos años varios cambios sociales, culturales y económicos, y esto se traduce en problemas que llevan a los jóvenes a abandonar sus estudios a edades tempranas. El fracaso escolar supone una pérdida importante de oportunidades para aumentar el nivel educativo. Sin embargo, cabe recordar lo que significa en términos concretos esta tasa de abandono temprano. Se trata del porcentaje de personas de entre 18 y 24 años que no ha completado la educación secundaria de 2º etapa y no sigue ningún tipo de estudio o formación en las últimas cuatro semanas. Según el Instituto Nacional de Estadística, las mujeres son las que menos tienden a dejar los estudios. En 2018, el porcentaje de mujeres era de un 14% en España y de un 8,9% en Europa, frente a un 21% de hombres en nuestro país y un 12,2% en Europa. Si estos datos los comparamos con otros países de la UE, España se sitúa entre los países con peores resultados en estos términos junto a Malta e Italia. Sin embargo, según los datos facilitados por el profesor Ismael Sanz, sacados del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, en 2019 los resultados han obtenido una reciente mejora.

En comparación a 2014, el porcentaje de jóvenes con estudios terminados de secundaria superior se ha superado con 7,9 puntos porcentuales. Se trata de un logro importante para la educación española, una evolución positiva que para que se mantenga en el tiempo requiere de incrementar la matrícula en FP Media, que en los últimos años ha tenido una repentina caída. Si el acceso a esta formación profesional no se recupera, el número de titulados también descenderá. País Vasco (81,7%) Madrid (75,6%), Asturias y Navarra (74,7%), son las Comunidades con más adolescentes con estudios de Bachillerato y Ciclos Formativos finalizados. Aunque Madrid es la que más ha mejorado con un incremento de 11,5 puntos desde 2014. El hecho de que los jóvenes españoles terminen sus estudios de secundaria de segunda etapa es positivo, porque gracias a esas enseñanzas elevan su grado de competencia, tanto para la formación posterior como para el empleo. Incluso obtienen un mayor nivel de salarios en comparación a los que solo alcanzan la ESO.