Inicio EEUU A cuatro meses de cirugía estética en Miami, esta mujer dice que...

A cuatro meses de cirugía estética en Miami, esta mujer dice que no es la misma

Cuando Cecilia “CeCe” Cervantes se enteró de la muerte de la salvadoreña Delma Pineda un día después de una cirugía estética en la clínica CG Cosmetic Surgery de Miami, se puso de inmediato de rodillas y comenzó a llorar.

Aunque las mujeres nunca se conocieron, Cervantes vio reflejada en la historia de Pineda su propia realidad, aunque con un desenlace menos trágico.

Cervantes, de 47 años, viajó a finales de octubre del 2017 desde la ciudad de Hayward en California hasta el sur de la Florida para realizarse varias cirugías estéticas con el doctor Scott Loessin en CG Cosmetic Surgery, entonces ubicada en 1800 SW 27th Ave.

Pero casi desde el principio, la mujer recuerda que no le gustó el apresuramiento de los empleados de la clínica recomendada por una de sus hijas, quien se había operado allí los senos apenas un mes antes con buenos resultados.

Cervantes contó a el Nuevo Herald que su operación estaba inicialmente programada para el 2 de noviembre, pero fue pospuesta para el sábado 4 debido a su propia insistencia de que quería confirmar que estaba bien de salud antes de someterse a la operación que incluiría levantamiento y aumento de senos, una liposucción y reducción del abdomen.

“Yo les decía que quería tener todos mis exámenes médicos listos antes de la cirugía”, dijo la mujer, nacida en México pero que vive en Estados Unidos desde niña. Ante su petición, la respuesta del personal era siempre la misma: “cariño, no te preocupes”, según aseguró la misma Cervantes en una entrevista telefónica.

Ya en Miami unos días antes de la operación, los empleados de CG Cosmetic Surgery le dieron una cita en otro centro médico para uno de sus exámenes. “Debe ser el mismo lugar al que mandaron a Delma [Pineda] porque ese sitio cierra todos los días a las 2 de la tarde”, opinó Cervantes.

Pero los resultados de la mamografía no estaban listos para el sábado 4 y la fecha de la operación debió ser pospuesta nuevamente a exigencia de Cervantes que —enfatizó— tuvo que hacer caso omiso a las frases tranquilizadoras de los empleados de la clínica que aconsejaban llevar a cabo el procedimiento.

“¿Cómo me voy a hacer una operación en los senos y no esperar por lo que dice la mamografía?”, dijo la mujer indignada.

Finalmente con todas las pruebas listas y positivas, Cervantes llegó la mañana del lunes 6 de noviembre a la clínica de Miami para su operación. Pero la actuación del personal del centro cosmético siguió sorprendiéndole.

Cervantes pidió varias veces a los empleados que le dieran la receta médica para que una amiga que la acompañaba en el viaje aprovechara para buscar las medicinas en la farmacia y tenerlas listas cuando ella saliera de la operación. “Cariño, no te preocupes”, le respondían una y otra vez.

Minutos antes de que comenzara la operación, ella recuerda que volvió a preguntarle al doctor Loessin sobre su proceso de recuperación. “En una semana podrás mantenerte en pie, en dos semanas conducir y entre tres o cuatro, ejercitarte”, fue la respuesta. “Me mintió”, asegura la mujer cuatro meses después de su operación.

Al salir de la cirugía, ella recuerda que las enfermeras la despertaron y que en la habitación no estaba ni el médico ni el anestesiólogo. Del resto, no recuerda mucho porque, según le contó su amiga, estaba como ida. “Mi amiga llegó hasta a tomarme un video porque pensó que me iba a morir”, agregó.

El video, tomado al día siguiente de la operación y entregado a el Nuevo Herald, muestra a Cervantes visiblemente hinchada, vestida con una bata clara y sentada en una de las sillas de la clínica con los ojos cerrados y al parecer complemente desconectada de lo que ocurre a su alrededor. Algunas personas en el recinto le ofrecen agua, pero ella no responde.

Las siguientes dos semanas en Miami fueron de insoportable dolor y desamparo. Cuando intentaba buscar ayuda en el personal de la clínica por su tormento físico, le respondían que no se preocupara, que eso era normal.

Adicionalmente, Cervantes tuvo problemas con el centro de recuperación Anita’s Recovery que le había recomendado CG Cosmetic Surgery ya que, según ella afirma, la dejaron en la calle a las 9:30 de la noche porque se quejó que el aire acondicionado estaba muy frío.

Pero la pesadilla no se quedó en Miami. A su regreso a California, tuvo que acudir a un hospital Kaiser porque se seguía sintiendo muy mal, el dolor no disminuía y se sentía una “bolita” debajo del ombligo que le incomodaba.

Los doctores le indicaron que tenía una infección porque supuestamente tenía un “hilo atravesado” que no dejó que la herida se curara.

Aunque la infección ya está curada, Cervantes dice que a cuatro meses de la operación todavía no se ha recuperado. No puede dormir de lado, le dan calambres en los brazos, un seno le duele y le arde y no ha podido volver a hacer ejercicios, ni siquiera estar en la caminadora.

“No puedo usar brassiere, ni jeans porque me duele. Mi vida cambió completamente por esa operación”, indicó.

Cervantes asegura además que a ella no le realizaron la liposucción, aunque pagó por ella. “Gracias a Dios porque quizás hubiera muerto”.

Hace dos semanas, Delma Pineda, una asistente médica de 44 años, se realizó un levantamiento y aumento de senos, liposucción del abdomen y del costado y reducción del abdomen en CG Cosmetic Surgery. Los documentos de la clínica identifican al médico como Scott Loessin.

Al día siguiente, Pineda colapsó en el baño de la casa de una amiga y murió en el hospital Jackson Memorial.

Su amiga, Cindy Barahona, contó a el Nuevo Herald que la clínica le había realizado la operación pese a no contar con los resultados de un ultrasonido que no se pudo realizar porque el sitio a la que la enviaron, estaba cerrado.

Criticó además que Pineda salió de la clínica a eso de las 9:30 de la noche sin una pastilla para el dolor. Sí les dieron una receta médica pero como era de noche, la mujer comentó que no pudo encontrar una farmacia abierta en el camino.

En un comunicado enviado por el abogado Daniel Simon a el Nuevo Herald , CG Cosmetic indicó que “ha estado en contacto con la familia [de Pineda] durante todo este proceso. Es de nuestra conocimiento preliminar que los eventos que dieron lugar a este incidente no están relacionados con los servicios de CG Cosmetic”.

“Seguimos de cerca este caso y facilitaremos cualquier investigación sobre la causa de este incidente”, agregó el texto que menciona además que la clínica “ha servido a miles de clientes satisfechos en la comunidad del sur de la Florida por los últimos 20 años”.

CG Cosmetic Surgery tiene lazos con el establecimiento previamente conocido como Coral Gables Cosmetic Surgery, la clínica en la que Linda Pérez se sometió el 12 de agosto del 2013 a un aumento de senos.

Tras su operación, la joven de entonces 18 años terminó en coma por dos semanas. Sufrió daño cerebral, presuntamente por falta de oxígeno en el cerebro a consecuencia de un fallo cardíaco.