Las nuevas medidas, que niegan el asilo a los migrantes que ingresan ilegalmente al país, invocan poderes de seguridad nacional de emergencia para suspender las protecciones humanitarias de larga data para los extranjeros que llegan a territorio estadounidense.
Se basan en las mismas disposiciones que Trump utilizó para implementar su «prohibición de viajes» a principios de 2017.
Se esperan desafíos legales que busquen retrasar o bloquear las restricciones de asilo, y los grupos de defensa de la inmigración insisten en que las leyes de Estados Unidos claramente extienden las protecciones humanitarias a cualquier persona que llegue al país, sin importar cómo ingresen.
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