El exdirector del FBI, Robert Mueller, cumple este jueves un año de haber sido nombrado fiscal especial para investigar la posible coordinación entre Rusia y la campaña presidencial de Donald Trump, en medio de los llamados del abogado del presidente para que termine ya esa pesquisa.
Los 12 meses pasados han producido una serie de acusaciones criminales, admisiones de culpabilidad, tensas audiencias en los tribunales, furiosos tuits del presidente y sobre todo una interminable especulación sobre lo que Mueller sabe y lo próximo a investigar.
Para Rudy Giuliani, el abogado del presidente, la investigación debería “cerrarse ya”.
«Ha pasado un año. Tiene 1,4 millones de documentos, ha entrevistado a 28 testigos. Y no tiene nada, por eso quiere entrevistar al presidente”, dijo Giulani a Laura Ingraham, de la televisora Fox News Channel.
«Es el momento de decir basta. Hemos torturado suficiente a este presidente”, agregó describiendo la pesquisa como “un gran peso” sobre la espalda del mandatario.
¿Entrevistar al presidente?
El equipo de Giuliani ha estado sopesando si permitir que Trump conceda una entrevista a Mueller. En sus declaraciones a Ingraham, el letrado dijo que preguntó a Mueller qué espera sacar de la entrevista con Trump que no sepa ya.
Hasta el momento, la oficina del fiscal especial acusó a 19 personas, incluyendo cuatro asesores de la campaña presidencial, y a tres empresas rusas. El exasesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn, y el subdirector de su campaña, Rick Gates, se han declarado culpables y están colaborando con la pesquisa.
Trump, sin embargo, calificó la investigación de “caza de brujas” destinada a desacreditar su presidencia e insistió en que Rusia no tuvo nada que ver con su victoria electoral de 2016.
Giuliani, que trabaja gratis para el presidente, dijo el miércoles que la pesquisa “no es buena para el pueblo estadounidense, y la oficina del fiscal especial no parece estar entendiendo que están interfiriendo con cosas que son mucho más grandes que ellos”.
Los dos temas centrales
No hay duda que la investigación de Mueller es bastante amplia, pero está enfocada sobre todo en dos interrogantes centrales: ¿Coludió la campaña de Trump con el Kremlin para volcar a su favor la elección presidencial de 2016?, y ¿Ha tratado el presidente de Estados Unidos obstruir la justicia a través de acciones como el despido del director del FBI James Comey y los ataques al fiscal general Jeff Sessions por haberse recusado de la investigación?
En lo que sí hay duda es sobre el resultado final de la pesquisa.
Se prevé que Mueller entregue un reporte de sus averiguaciones al fiscal general adjunto, Rod Rosentein, quien lo nombró, y que éste sea compartido con el Congreso.
Dependiendo de los resultados del informe, es posible que el Congreso intente enjuiciar políticamente al presidente —especialmente si los demócratas llegan a tomar el control del congreso en las elecciones de noviembre.
El precedente legal en el Departamento de Justicia es, sin embargo, que un presidente en funciones es inmune a ser acusado criminalmente, puesto que eso socavaría la capacidad del comandante en jefe para hacer su trabajo. Presumiblemente Mueller está limitado por esa conclusión.
