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Arresto domiciliario de dos exejecutivos de CITGO es una noticia “dulce y amarga” para familiares

El otorgamiento del beneficio de casa por cárcel a dos de los seis exejecutivos estadounidenses de la empresa petrolera Citgo, detenidos desde 2017 en Venezuela, causó sorpresa entre sus familiares. La noticia les deja un sabor “entre dulce y amargo”, dijeron a la Voz de América.

Gustavo Cárdenas y Jorge Toledo, exgerentes de la refinadora estadounidense, filial de la petrolera venezolana PDVSA, fueron beneficiados el jueves por la noche con arresto domiciliario tras su reclusión en una cárcel del Servicio Bolivariano de Inteligencia, Sebin, en Caracas.

La noticia se conoce un par de semanas luego de la visita del exdiplomático estadounidense Bill Richardson para procurar su liberación en una reunión privada con el presidente en disputa Nicolás Maduro.

El también exgobernador de Nuevo México fue el primero en dar la noticia de la liberación de los “seis de CITGO” en su cuenta de Twitter.

“Este es un primer paso importante y positivo. Agradecemos al presidente Nicolás Maduro y al vicepresidente Jorge Rodríguez por este gesto y por seguir participando el diálogo productivo sobre los prisioneros estadounidenses”, escribió el político.

Agentes de inteligencia venezolanos detuvieron a Cárdenas y Toledo en noviembre de 2017 junto a Tomeu Vadell, Alirio Zambrano, José Luis Zambrano y José Ángel Pereira. El arresto tuvo lugar durante una reunión en una oficina de la estatal Petróleos de Venezuela.

El fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, los acusó de firmar un acuerdo millonario para refinanciar la deuda de Citgo que era presuntamente desfavorable para el país y que comprometía a la empresa.

María Elena Cárdenas, esposa de Gustavo Cárdenas, quien era vicepresidente de relaciones con accionistas de CITGO en 2017, calificó la liberación de agridulce.

“Es una noticia un poco dulce y un poco amarga, porque nos alegra que no esté dentro del Sebin, pero no es la libertad que nosotros deseamos. Como sea sigue preso. Donde está, no tiene permiso para llamar”, comentó a la VOA.

Su esposo la llamó anoche para informarle, dijo, pero acotó que se ha enterado de más detalles del caso por los medios de comunicación.

“A pesar de que muchas personas piensen que (la diferencia) es del cielo a la tierra, él sigue preso. Lo que cambia es el lugar de reclusión. Tiene que convivir con los guardias en la casa. No tiene libertad de nada. Es más de lo mismo”, lamentó.

Agradeció a las autoridades venezolanas por la medida y al Centro Richardson, por sus gestiones, aunque espera su liberación plena.

“Lo que esperemos es que vuelvan a casa mi esposo y sus cinco compañeros. Esto es un primer paso. Ellos (el Centro Richardson) esperan la liberación de los seis y el retorno a Estados Unidos”, reveló Cárdenas, quien precisó que no ha sido contactada por ningún vocero o funcionarios del gobierno estadounidense.

«No es avanzar nada»

Entre los parientes de uno de los cuatro exejecutivos que permanecen en la cárcel del Sebin reinaba este viernes la confusión sobre por qué se otorgó el arresto domiciliario a unos sí y a otros no.

“Realmente no esperaba esa decisión del gobierno venezolano. ¿Por qué decidieron (liberar) dos personas y no los seis? Tampoco tengo la respuesta”, confió a la Voz de América Mervis Pereira, esposa de José Pereira, presidente interino de CITGO al momento de la detención, hace tres años.

Manifestó su felicidad porque Cárdenas y Toledo ya no se encuentren en el Sebin. Recordó, sin embargo, que los “seis de CITGO” disfrutaron del beneficio de “casa por cárcel” en diciembre del año pasado antes de que las autoridades venezolanas decidieran suspenderlo y trasladarlos de nuevo a la cárcel.

“Que estén otra vez en casa por cárcel, como estuvieron seis meses atrás, no es avanzar nada”, aseguró.

Pereira aplaudió las diligencias del Centro Richardson por los detenidos y afirmó que han estado “muy cerca” de lograr su traslado a Estados Unidos.

Su esposa pudo llamarla el jueves para comunicarle la decisión que beneficia a sus dos compañeros de reclusión, a pesar de que no era el día autorizado para hacerlo, mencionó, extrañada.

“Me dijo ‘bueno, eso es lo que se decidió, lo aceptamos’ y que él estaba de buen ánimo”, especificó.