Inicio EEUU Beto O’Rourke, la esperanza frustrada de los demócratas en el conservador Texas

Beto O’Rourke, la esperanza frustrada de los demócratas en el conservador Texas

Perdió su apuesta al Senado, pero Beto O’Rourke adquirió durante la campaña de las elecciones de mitad de mandato un estatus de estrella en ascenso de los demócratas estadounidenses que bien podría sobrevivir a su derrota.

Fue un congresista más en la Cámara de Representantes durante dos años, pero este excantante punk del oeste de Texas con pocos logros en la política -aunque lleno de carisma y pasión- causó sensación en el tradicionalmente conservador estado.

O’Rourke, de 46 años, no logró batir al consagrado Ted Cruz, que logró su reelección como senador. Pero el solo hecho de que hizo temblar la hegemonía republicana en este bastión, le coloca bajo los proyectores en un momento en que el partido Demócrata entra en el camino de designar a un candidato para desafiar al presidente Donald Trump en 2020.

Beto, como todo los llaman, ha estado en campaña sin descanso en los último 18 meses, visitando cada uno de los 245 condados de Texas con una plataforma que recuerda el optimismo que generó hace una década la postulación de Barack Obama.

“Yo tengo un buen juicio sobre quienes somos y nosotros no somos personas que tomen sus decisiones basadas en el miedo”, dijo recientemente en referencia a la campaña impulsada por Trump. “Nosotros no tenemos miedo del futuro”, agregó.

En un ambiente político marcado por las divisiones y los debates amargos, los llamados de Beto a buscar un terreno de entendimiento tuvieron cierto eco en el estado de la estrella solitaria.

Su atractiva postura de rechazar el actual estatus quo de la política, incluyendo su promesa de evitar la financiación por parte de corporaciones inspiró a donantes en Texas, pero también en todo el país que terminaron llenando las arcas de la campaña con decenas de millones de dólares provenientes de aportes individuales.

– ¿Candidato en 2020? –

Aunque hizo una apuesta de hablarle a votantes de todo el espectro político, O’Rourke no optó por ceñirse al centro para buscar más votos, sino que apostó por una agenda progresista que haría retorcerse a la mayoría de los republicanos.

Beto ha clamado abiertamente por un proceso de destitución para el presidente Trump, un asunto que el partido Demócrata ha evitado tocar.

En sus discursos habló a favor de un sistema de salud universal, criticó la justicia que a veces es arbitraria con las minorías y atacó la política migratoria de Trump.

“No necesitamos un muro”, dijo claramente este congresista oriundo de El Paso, localidad fronteriza con México, durante una campaña en la que el presidente apostó por el miedo a la inmigración denunciando una “invasión”.

Tampoco tuvo miedo a la hora de expresarse a favor de los deportistas que lanzaron un movimiento de boicot al himno de Estados Unidos en 2016 para denunciar la violencia policial contra la población negra. Sus comentarios sobre el tema se hicieron virales, aupándolo hasta alcanzar una notoriedad nacional.

Llegado a la Cámara de Representantes tan solo en 2013, hizo una apuesta arriesgada al optar al Senado por Texas, donde ningún demócrata ha ganado desde 1994.

¿Pero podrían sus ideas imponerse en una contienda nacional? Su honorable derrota lo convierte, para ciertos demócratas, en un candidato potencial a la Casa Blanca.

Aunque durante la campaña ya aclaró que no le interesa ese camino.

“No voy a ser candidato para las presidenciales de 2020”, dijo.

Si llegara a decidirse por revisar esa decisión, enfrentaría al multimillonario republicano que durante la campaña lo tildó de ser un “peso pluma” y un “izquierdista radical que pelea por unas fronteras abiertas”.