El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la primera dama, Jill Biden, oficiaron este lunes la 15ª edición anual de los Premios Internacionales Mujeres de Coraje (IWOC, en inglés), que otorga el Departamento de Estado a mujeres “que han demostrado una fuerza y un liderazgo excepcionales en la defensa de la paz, la justicia, los derechos humanos y la igualdad de género”.
Durante su discurso, Blinken subrayó lo importante que es para la sociedad que estas mujeres reciban el “apoyo” y el “reconocimiento” de las instituciones para que, cada vez, haya más que salgan de la sombra y luchen por sus derechos.
“[Las premiadas] nos recuerdan algo que nunca debemos olvidar: que a menudo son las mujeres las que lideran la carga por los derechos humanos, la democracia y la justicia, incluso en lugares donde las mujeres tienen mucho menos de la mitad del poder político, económico y social”, puntualizó al respecto.
Según se desprendió de sus palabras, la “igualdad y la dignidad de mujeres y niñas es una prioridad de la política exterior para Estados Unidos” y él, desde el Departamento de Estado, se comprometió a seguir defendiendo el desempeño de la mujer en todo el mundo.
“Cuando diseñamos nuestra política exterior teniendo en cuenta los derechos y las necesidades de las mujeres y las niñas, nuestra política es más eficaz, más humana y tiene más probabilidades de marcar una diferencia duradera en la vida de las personas”, remarcó al tiempo que insistía en que “cuando apoyamos a las mujeres, podemos ayudar a fomentar el cambio a una escala mucho más amplia”.
“Porque a menudo son las mujeres las que hacen el trabajo duro para que se produzca ese cambio”, agregó.
El Departamento de Estado lleva 15 años organizando estos reconocimientos coincidiendo con el 8 de marzo, la fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
Este año tres latinoamericanas han sido galardonadas con este prestigioso reconocimiento. Han sido la enfermera venezolana Ana Rosario Contreras, la activista colombiana por la paz Mayerlis Angarita y la magistrada guatemalteca Erika Lorena Aifan.
Contreras, que es presidenta del Colegio de Enfermeras de Venezuela, destacó en declaraciones a la Voz de América la lucha de las mujeres en su país y su valiente desempeño a la hora de afrontar una crisis como la del coronavirus.
“Las luchas que hemos librado las mujeres venezolanas y -muy especialmente- el valiente Gremio de Enfermería que yo represento”, dijo.
Blinken dijo que su reconocimiento por parte del gobierno de Estados Unidos atendía a su labor como “destacada activista laboral, organizadora de protestas y huelgas a nivel nacional para los trabajadores de salud” que han sufrido las consecuencias de esta pandemia.
En cuanto a Angarita, original de Colombia, el alto funcionario puso de manifiesto su papel “fundamental en la implementación del acuerdo de paz en Colombia”. Ella es una defensora de los derechos humanos y ha fundado la organización Red de Mujeres Narrar para Vivir.
Su historia ha conmovido a toda la sociedad. Cuando tenía 13 años vio por última vez a su madre, Gloria Robles Sanguino, que desapareció en 1994 a manos de las Autodefensas Unidas de Colombia, uno de los movimientos guerrilleros de la nación.
Durante muchos años ha trabajado para mejorar la seguridad y la resiliencia de las mujeres en el país. “Su compromiso incansable ha unido a grupos gubernamentales y de la sociedad civil para detener la violencia y el narcotráfico”, dijo Blinken durante el evento que fue celebrado de manera virtual por la pandemia.
La guatemalteca Aifan es la última de las tres latinoamericanas homenajeadas, y ejerce de jueza de primera instancia en el Tribunal Penal de Alto Riesgo de su país natal. El máximo responsable del Departamento de Estado recordó que ella “regularmente enfrenta amenazas y acoso al presidir casos de corrupción y atrocidades de guerra de alto perfil”, motivos más que suficientes para que la Casa Blanca le diera esta mención especial.
* Con información de Álvaro Algarra.
