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Buttigieg y “el cambio de reglas del juego” para comunidad LGBTQ en el país | El Nuevo Herald

Chasten Glezman se une a su esposo, el alcalde de South Bend, Pete Buttigieg en el escenario luego de que Buttigieg anunciara que buscará la nominación demócrata para presidente durante un mitin en la antigua fábrica de autos Studebaker el 14 de abril de 2019 en South Bend, Indiana.
Chasten Glezman se une a su esposo, el alcalde de South Bend, Pete Buttigieg en el escenario luego de que Buttigieg anunciara que buscará la nominación demócrata para presidente durante un mitin en la antigua fábrica de autos Studebaker el 14 de abril de 2019 en South Bend, Indiana. Getty Images

La mera presencia de Pete Buttigieg, el primer candidato presidencial abiertamente gay, en las quinielas para llegar a la Casa Blanca da un atisbo de esperanza a la comunidad LGBTQ del país y significa un “cambio de las reglas del juego”.

“Para nuestra comunidad, ver un candidato presidencial LGBTQ haciéndolo bien en la campaña es un cambio de las reglas del juego: nunca antes habíamos tenido una voz en la carrera a la Casa Blanca”, dice entusiasmado a Efe Elliot Imse, del comité de acción política Victory Fund.

Este grupo, dedicado a aumentar el número de funcionarios públicos y cargos electos abiertamente LGBTQ en el país, considera que el “inmenso interés” que ha despertado Buttigieg en las últimas semanas “va más allá de su orientación sexual”.

El actual alcalde de South Bend (Indiana) arrancó su carrera por la candidatura demócrata a la Presidencia con un discurso en el que reivindicó la necesidad de un relevo generacional para arrebatar al poder al presidente Donald Trump.

De hecho, Buttigieg, de 37 años, ha generado un tirón sorprendente entre los votantes, debido en parte a su atípico perfil: es joven, homosexual, progresista, hijo de inmigrantes, veterano en la guerra de Afganistán, formado en Harvard y Oxford, y además toca el piano y habla siete idiomas, entre ellos español.

“Ser abierto con su sexualidad le da mucha autenticidad: la gente puede relacionarlo con ser un candidato abierto y honesto sobre su vida”, considera Imse.

Sin embargo, asegura que el hecho de que los votantes “se estén centrando más en su mensaje que en su orientación, es lo que le ha permitido ganar una popularidad más amplia”.

De acuerdo a encuestas recientes de la Universidad de Monmouth, en Nueva Jersey, y la Universidad de St. Anselm, en Nuevo Hampshire, Buttigieg se encuentra en tercera posición en términos de popularidad entre los aspirantes demócratas, solo por detrás del ex vicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders.

Esto significa que, en estos momentos, ha superado a otros candidatos importantes como Kamala Harris, Cory Booker y Elizabeth Warren.

“El que una persona abiertamente LGBTQ sea un candidato serio para la Presidencia, independientemente de cuál sea el resultado, significa que la aceptación de la comunidad se ha expandido a la sociedad en general”, subraya en declaraciones a Efe Victoria Rodríguez-Roldán, de la National LGBTQ Task Force.

Rodríguez-Roldán, que es una de las asesoras de la organización, aplaude que Buttigieg se haya convertido ya en un “ejemplo a seguir para los jóvenes LGBTQ que están creciendo y aceptándose a sí mismos”.

Pese a que su orientación sexual ha marcado el inicio de su campaña, Buttigieg aseveró en una entrevista con la televisión CNBC que él “no sería el presidente de un solo grupo”.

“Mire, ser gay es parte de lo que soy, y es parte de mi historia. Pero no es todo lo que soy: no me postulo para ser presidente de ningún grupo”, contestó al ser preguntado al respecto.

“Si pensara solo en términos de líneas de identidad, sería un lugar bastante solitario para mí porque soy el único veterano gay episcopaliano de origen maltés-americano que conozco”, bromeó el candidato.

Para la National LGBTQ Task Force, su hipotética elección “mandaría un mensaje a la comunidad internacional sobre dónde está EEUU en términos de diversidad e inclusión”.

Imse, no obstante, reconoce que la discriminación y los retos que enfrentan los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales en el país “no desaparecerían” tras la supuesta toma de posesión de Buttigieg, aunque significaría “un cambio de las reglas del juego”.