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Educación en peligro: fin de DACA amenaza labor de miles de maestros en EEUU

Pocos días antes de las vacaciones por el Día de Acción de Gracias, los alumnos de la maestra Claudia Jacobo Martínez le prestaban atención cuando les asignó una tarea: “Ustedes son hoy un peregrino”.

Así las cosas, instruyó a sus alumnos a que enviaran una postal a amigos para contarles sobre la vida de la colonia establecida en Plymouth, incluida la necesidad de huir de Inglaterra y la lucha por sobrevivir el duro invierno con la ayuda de nuevos amigos.

“Esto no se trata de ustedes”, explicó Jacobo. “Piensen en a quién van a escribir”.

Los temas que Jacobo enseña —libertad religiosa, nuevos comienzos en una tierra extranjera y la búsqueda del Sueño Americano— son algo muy real para Jacobo y sus alumnos.

Jacobo entró ilegalmente a Texas desde México cuando tenía 12 años y comenzó como estudiante en la Academia Internacional del Distrito Escolar de Fort Worth, donde ahora enseña lectura a estudiantes inmigrantes de séptimo grado.

“Yo conozco a nuestros muchachos en esta escuela”, dijo Jacobo. “Esta es la primera escala en una escuela en Estados Unidos”.

Jacobo se graduó segunda en su clase en la Secundaria Politécnica Fort Worth Polytechnic y después se recibió de dos carreras universitarias.

“Claudia era una excelente alumna”, dijo Susan Hensley, maestra de Inglés como segundo idioma en esa escuela. “Siempre ayudaba a otros alumnos”.

A pesar de su pasión y compromiso con el magisterio, Jacobo no está segura de cuánto tiempo más podrá quedarse en su trabajo.

Ella es uno de aproximadamente 8,800 educadores y bibliotecarios en Estados Unidos que enseñan gracias al programa DACA, según el Migration Policy Institute, con sede en Washington DC. En todo el país hay unos 690,000 beneficiarios del DACA, que protege de la deportación a numerosos jóvenes que llegaron de niños al país.

Pero en momentos que el gobierno del presidente Donald Trump planea abolir el programa, creado por el presidente Barack Obama en el 2012, muchos educadores protegidos por el DACA están preocupados por su futuro.

Y aunque Jacobo comprende lo que está en juego, se niega a que el asunto defina quién es ella, ni tampoco sus logros.

“No estoy pensando en eso, ‘¿cuándo es el último día’ ”, dijo.

En espera de una solución en Washington’

El Distrito Escolar de Fort Worth tiene 76 empleados que son beneficiarios del DACA, entre ellos 27 maestros, según registros obtenidos por el diario Star-Telegram. El distrito tiene 5,816 maestros a tiempo completo, según en reporte anual del curso escolar 2016-2017. Otros empleados que son beneficiarios del DACA son tutores, asistentes de oficina, personal de enlace comunitario y maestros asistentes.

El Distrito Escolar de Dallas tiene 68 empleados beneficiarios del DACA, entre ellos 36 maestros.

Varios distritos escolares de la zona de Tarrant, desde Birdville hasta Hurst-Euless-Bedford y Northwest, han indicado que no llevan la cuenta de maestros beneficiarios del DACA o no tienen ninguno en su plantilla.

La Agencia de Educación de Texas no recoge información sobre los maestros beneficiarios del DACA.

Kent Scribner, superintendente escolar de Fort Worth, quien ha prometido ayudar a los alumnos y maestros beneficiarios del DACA, dijo que el asunto es significativo, considerando que ese distrito escolar sirve a una población de estudiantes integrada por hispanos en el 63 por ciento.

“Nos esforzamos por encontrar calidad y diversidad en nuestros maestros, y lo hemos conseguido, así que esperamos que en Washington encuentren una solución para que puedan seguir sirviendo a nuestros estudiantes”, dijo Scribner.

Sandra Verduzco, portavoz del Distrito Escolar de Dallas, dijo que el personal está trabajando con abogados para determinar el próximo paso para los empleados que puedan perder pronto la protección del DACA.

Sin un camino a la ciudadanía

El programa DACA ha sido descrito por muchos defensores de los inmigrantes como una solución temporal que muchos esperaban que llevaría a una reforma permanente con un camino a la legalización.

Pero aunque el DACA no ofrece un camino claro a la legalización, sí ha ofrecido un camino para trabajar legalmente, dijo Jacobo, una de cinco hermanos y hermanas mexicanos que fueron traídos a Estados Unidos en busca de oportunidades económicas. Su padre ya vivía y trabajaban en el norte de Texas cuando su familia le pagó a un contrabandista para traerla a ella, dos hermanas y su madre a través de Eagle Pass en 1999.

Jacobo no hablaba inglés cuando comenzó las clases en la Academia Internacional, junto con refugiados de Bosnia y Vietnam. Pero se trazó la meta de aprender inglés.

Jacobo dijo que su madre la impulsó a salir adelante en la escuela.

En el 2004, Jacobo se graduó segunda en su clase en la escuela. Dijo que se pagó su licenciatura en la Texas Woman’s University en Denton. Más tarde, pagó sus estudios en la Texas Wesleyan University.

En el 2008 se preguntó si podría llegar a ser maestra, dado que no tenía un estatus inmigratorio.

Sin un número del Seguro Social no podía ser maestra.

Así que trabajó en restaurantes y otras cosas, “empleos que no me gustaban pero que tenía que hacer”.

Se sintió frustrada y comenzó a investigar programas de investigación, hasta que decidió convertirse en maestra certificada de Inglés para enseñar fuera de Estados Unidos. Quizás podría enseñar en el Medio Oriente, Canadá o Francia, pensó.

‘Para mí, la educación lo es todo’

Pero en el 2012 varios amigos le contaron del DACA.

Después de presentar su solicitud y ser aprobada, finalmente pudo enseñar en el país que ama.

“Para mí, la educación lo es todo”, dijo Jacobo.

En Fort Worth, la junta escolar aprobó resoluciones a favor de los inmigrantes y el DACA.

Los maestros del DACA también han recibido apoyo de Teach for America, que ha reclutado a maestros del programa para servir mejor a estudiantes inmigrantes, dijo Kathryn Phillips, directora gerente de esa organización sin fines de lucro.

Teach for America también presentó declaraciones en dos demandas civiles en California y Nueva York que impugnaron la eliminación del DACA.

“Esperamos que los legisladores aprueben el Dream Act en diciembre. De otra manera, tendremos algunos maestros que no podrán terminar el curso escolar” porque no pudieron renovar sus permisos antes de la fecha tope de octubre fijada por Trump, dijo Phillips.

‘Esta es mi gente’

Jacobo tiene aliados entre sus colegas de trabajo.

Felicia Alba, maestra de octavo grado en la Academia Internacional, nació en Estados Unidos, hija de una inmigrante y activista del DACA. Dijo que está usando el poder de su voto y su energía para presionar a los legisladores para que ayuden a Jacobo y a otros como ella.

“Esta es mi cultura”, dijo Alba. “Esta es mi gente”.

Alba dijo que quiere una solución bipartidista similar al programa de amnistía implementado durante el gobierno del presidente Ronald Reagan.

Jacobo dijo que tiene fe en el Congreso, pero si los legisladores no toman medias, está dispuesta a irse a enseñar a Canadá o Francia. Mientras tanto, sigue enfocada en sus alumnos.

“Yo enseño a niños que son como yo”, dijo Jacobo. “Tengo una oportunidad de devolver a este país lo que hizo por mí”.

Staff writer Sandra Engelland contributed to this report.

This report contains material from the Star-Telegram archives.