Inicio EEUU EE UU sufre pero gana 2-0 en una visita accidentada a Cuba

EE UU sufre pero gana 2-0 en una visita accidentada a Cuba

El fútbol cubano no suele atraer muchas miradas en la isla ni en el extranjero, pero por 90 minutos las miradas del mundo futbolístico se posaron en el Estadio Pedro Marrero. Estados Unidos y Cuba jugaron este viernes un amistoso histórico, el primero desde 1947, que puso la cereza en el pastel al proceso de deshielo diplomático entre ambos países. El equipo de Jürgen Klinsmann se impuso 2-0, en un partido que fue mucho más complicado en el trámite de lo que parecía en el papel. Los anfitriones, un equipo semiprofesional, habían logrado irse con el empate al terminar el medio tiempo y, quizá con un poco más de suerte, pudieron haberse llevado un mejor resultado después de estrellar dos balones al poste.

Las grandes expectativas sobre el juego, más políticas que deportivas, se reflejaron antes del silbatazo inicial. El apretón de manos entre los titulares que suele verse en cualquier amistoso internacional se extendió a los banquillos de ambas escuadras. Banderas de Cuba coronaban una de las cabeceras y en los laterales había estandartes azules, blancos y rojos que decoraban las vallas del campo. El gran ausente era el público, que estuvo lejos de llenar los 30.000 asientos de la cancha. En los primeros minutos del partido se veía a espectadores que caminaban entre las tribunas en busca de un sitio, lo que hizo suponer a los comentaristas deportivos que se habían abierto las puertas para que ingresaran gratis ante la pobre entrada.

La primera parte del cotejo fue catastrófica para los estadounidenses. El Team USA no generó al ataque y apenas chutó a portería, de hecho, no acertó ningún disparo para forzar la intervención del portero Sandy Sánchez. Los visitantes padecieron las malas condiciones del terreno, que había sufrido los estragos por el paso del huracán Matthew. El césped mojado y el fango dieron una ligera ventaja a los cubanos, mejor acostumbrados a esas condiciones. El pobre desempeño de Estados Unidos llenó de confianza a los locales que manejaron la pelota con mayor calidad y llegaron con más peligro a la portería del debutante Ethan Horvath. Un disparo del lateral Roberney Caballero al minuto 27 y un contragolpe que quedó en las manos de Horvath al 34 pusieron cerca a Cuba de abrir el marcador.

Para la segunda mitad, Estados Unidos salió con mayor determinación para intentar reflejar porque ocupan el lugar 22 en la clasificación de la FIFA y los cubanos, el 139. Hasta ese momento, lo que se vaticinaba como un partido desequilibrado había sido muy igualado. El delantero del Hamburgo Bobby Wood tuvo la primera oportunidad clara al 46, pero su cabezazo fue muy débil y al centro de la portería, después de que había aparecido sin marca en el área chica. El equipo cubano siguió sin complejos y un disparo de Maykel Reyes, uno de los pocos futbolistas que milita fuera de la isla, se estrelló en el palo al 57.

Los cambios de Klinsmann, que había planeado probar a varios hombres de su convocatoria, surtieron efecto. Chris Wondolowski, que había iniciado como suplente, aprovechó un rebote dentro del área y anotó el 1-0 al minuto 61. Cuba respondió con otro balón al poste tres minutos más tarde, esta vez con un cabezazo de Caballero, uno de los jugadores con mejor desempeño durante los 90 minutos. Estados Unidos encontró la calma con el gol del juvenil del Borussia Dortmund Julian Green a pase de Wondolowski, al minuto 70.

Los ánimos se caldearon 10 minutos más tarde, después de que el defensa Steve Birnbaum recibió un zapatazo en la cara cuando estaba tendido sobre el cesped. Birnbaum sangró, pero el árbitro ni siquiera concedió la falta, lo que provocó la indignación de Klinsmann. Los cubanos buscaron el descuento, pero la anotación no llegó. El 2-0 cerró un capítulo deportivo que había sufrido los lastres del conflicto político entre Washington y La Habana, y comenzó uno nuevo en el que las diferencias se acortan pero prevalecen. Cuba se va conforme con su actaución y Estados Unidos mantiene la mira puesta en el partido clasificatorio del próximo 11 de noviembre contra México en Ohio.