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El huracán María deja devastación en Puerto Rico

Los puertorriqueños se levantaron el miércoles sabiendo que les esperaba un día duro con el embate del peor huracán que haya azotado la isla en los últimos 85 años. Y esperaron el anochecer enfrentados a la ruina que ha dejado el huracán María: ríos desbordados, ventanas rotas, techos arrancados, árboles caídos y el colapso total del sistema eléctrico, que dejado sin servicio a los 3.4 millones de habitantes de la isla.

Aunque las autoridades apenas han comenzado a evaluar los daños, la envergadura de la catástrofe era evidente.

La capital, San Juan, recibió un golpe devastador. Los evacuados en un estadio deportivo bajo techo tuvieron que refugiarse bajo las grades cuando el techo empezó a tener filtraciones, un cohete espacial que adornaba el parque de un museo de ciencias cayó y una estación de radio perdió el techo en medio de los vientos, pero los locutores siguieron trabajando a pesar de los daños.

“Vamos a encontrar nuestra isla destruida”, advirtió Abner Gómez, director de agencia de manejo de emergencias antes que el ojo de María se alejara de la isla. “Es un sistema que ha destruido todo lo que había a su paso”.

Pero se sabe menos todavía de las regiones más allá de la densamente poblada zona de San Juan, aunque ciertamente los daños serán horribles, particularmente en la normalmente idílica costa sureste, por donde entró María.

“Es una pesadilla. Este es mi primer huracán”, dijo Leyda Anqueira, estudiante universitaria de 22 años quien pasó la tormenta en la pequeña y aislada comunidad de Palma Sola, al este de San Juan, donde un río crecido destruyó el único puente a su vecindario. “Estamos aislados. No hay forma de salir a la carretera”.

Una generación tras otra de puertorriqueños ha escuchado las terribles historias de grandes huracanes del pasado: Hugo en 1989, Georges en 1998 y San Ciprián en 1932, el último de categoría 4 en devastar la isla. Ahora tienen una historia de horror propia que contar.

El único consuelo es que cuando María tocó tierra a las 6:15 a.m. cerca del poblado sureste costero de Yabucoa ya no era de categoría 5, aunque los vientos todavía eran de 155 millas por hora tras dejar al menos nueve muertos en el Caribe. María salió de Puerto Rico con categoría 3 a eso de las 2 p.m. cerca de Barceloneta, al oeste de la zona metropolitana de San Juan.

Durante varios días, el gobierno advirtió a la población sobre la fuerza potencial de María. Pero eso no impidió que la gente quedara totalmente asombrada con la fuerza de la tormenta el miércoles.

“Lo que estoy viendo es increíble”, dijo la retirada Rosita Galguerra, de 66 años, quien pasaba el huracán con su esposo en la zona de Río Piedras. “La lluvia caía horizontal y todos los árboles están en el suelo.

“La casa tiembla, y eso que está hecha de concreto, incluso el techo. Los vientos son como de una película de horror, una ráfaga tras otra. La isla va a quedar completamente destruida”.

Pero el hecho que el ojo de María se ha alejado de la isla no significa que las cosas habían vuelto a la calma. Se pronostica que las lluvias que pueden provocar inundaciones y deslaves continúen hasta por lo menos el sábado. Gómez, el director de emergencias, imploró a la gente que no saliera de casa hasta el viernes, para permitir a las cuadrillas de trabajadores de emergencias evaluar las carreteras inundadas y las líneas eléctricas caídas.

Pero es muy poco probable que le hagan caso. Muchos salieron antes que los vientos hubieran amainado completamente para eliminar escombros y ver las calles.

“La verdad es que el peligro se mantiene”, dijo el gobernador Ricardo Rosselló al mayor periódico de la isla, El Nuevo Día. “Va a seguir lloviendo duro. Las zonas de inundación están en un estado crítico”.

Al noroeste de Puerto Rico, se esperaba que María descargara cantidades letales de lluvia sobre la República Dominicana y Haití en su trayectoria hacia las Islas Turcos✔ y Caicos y las Bahamas más adelante esta semana.

Si María sigue la trayectoria pronosticada, no debe significar peligro para la Florida, pero todavía es muy temprano para eliminar por completo la posibilidad de algunos efectos del huracán sobre la costa este de Estados Unidos.

María tocó tierra con categoría 4, la más fuerte en golpear la isla desde que San Ciprián dejó más de 200 muertos en 1932. El huracán entró por el extremo sureste de la isla y su zona costera menos urbanizada. En la zona hay varias reservas naturales, playas y plantaciones de caña de azúcar.

Los meteorólogos dijeron que el ojo de María cambió poco antes de tocar tierra en Puerto Rico. Eso debilitó ligeramente la tormenta, pero casi duplicó el tamaño de su campo de vientos huracanados, extendiéndolo a 60 millas del ojos. En una isla pequeña que sólo tiene 35 millas de ancho, es muy probable que la zona de vientos más fuertes de María pasó sobre San Juan.

En todo Puerto Rico durante el día se conocieron fotos y videos de los daños a través de la prensa y los medios sociales, y sorprendentemente mucha gente todavía tenía servicio telefonía móvil en la región de San Juan.

El radar meteorológico dejó de funcionar antes de las 6 a.m., mientras que El Nuevo Día reportaba que parte de una estación de policía había colapsado. Las autoridades abrieron las compuertas del río Plata, lo que pudiera poner en peligro a comunidades cercanas, según la agencia de noticias Primera Hora. La compañía de electricidad de Puerto Rico estimó que toda la isla está sin electricidad.

Imágenes de noticias mostraron el río Guayama desbordado y las aguas inundando las calles. Una foto publicada en los medios sociales mostraba a familias caminando con el agua al pecho en Utuado, en la zona central del país.

Más de 700 personas se refugiaron en el Coliseo Roberto Clemente, pero tuvieron que salir del área central debido a filtraciones en el techo, mientras el personal colocaba cadenas en las puertas para evitar que se abrieran con la fuerza del viento. Para el mediodía, el refugio no tenía electricidad ni agua potable, y el techo estaba “hecho pedazos, aunque estructuralmente no corría peligro, según la alcaldesa Carmen Yulín Cruz.

Patricia Mazzei reportó desde San Juan y David Ovalle desde Miami.