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El jueves podría decidirse crisis en el Departamento de Justicia

La Casa Blanca ha demorado hasta por lo menos el jueves una decisión sobre el futuro de Rod Rosenstein, el alto funcionario del Departamento de Estado que supervisa la investigación sobre la trama rusa en las elecciones presidenciales del 2016, después de caóticas horas de reportes conflictivos que anticipaban su despido inminente.

Con su futuro pendiendo de un hilo por revelaciones de que había discutido la posibilidad de grabar en secreto al presidente Donald Trump, se esperaba que Rosenstein fuera despedido mientras se dirigía a la Casa Blanca el lunes para lo que después se dijo era una reunión ya programada.

En su lugar, la Casa Blanca dijo que Rosenstein y Trump se reunirían el jueves después que el presidente regrese a Washington, lo que sugiere que el subsecretario de Justicia puede mantenerse en su cargo al menos varios días más. La reunión está fijada para el mismo día en que se debe celebrarse una audiencia extraordinaria de la Comisión Judicial del Senado en la que deben declarar Brett Kavanaugh, nominado a la Corte Suprema, y una mujer que lo ha acusado de agredirla sexualmente cuando estaban en la escuela secundaria.

Cualquier despido o renuncia tendría implicaciones inmediatas para la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible colaboración entre Rusia y la campaña de Trump antes de las elecciones del 20156. Rosenstein nombró a Mueller y supervisa su investigación.

Rosenstein y Trump, quien está en Nueva York para una reunión en la ONU, tuvieron una conversación larga para discutir reportes noticiosos recientes sobre comentarios negativos que supuestamente Rosenstein hizo el año pasado sobre el presidente, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.

Se reportó que el subsecretario de Justicia discutió la posibilidad de grabar en secreto al presidente e invocar la Constitución para que el gabinete lo sacara del cargo. El Departamento de Justicia emitió dos comunicados en que Rosenstein negó que haya dicho tal cosa y publicó una declaración separada de alguien quien dijo que recordaba el comentario sobre la grabación pero insistió en que se dijo con tono sarcástico.

Mientras Trump sopesaba la suerte de Rosenstein y consultaba sobre cómo responder, Rosenstein fue llamado a la Casa Blanca el viernes por la noche por el secretario de la presidencia, John Kelly.

También habló con el asesor jurídico de la Casa Blanca, Don McGahn, durante el fin de semana para decir que estaba estudiando la posibilidad de renunciar, según una persona familiarizada con la conversación. McGahn le dijo a Rosenstein que debían discutir el asunto el lunes, dijo la persona, quien habló a condición de no ser identificada.

“A solicitud del subsecretario de Justicia Rod Rosenstein, él y el presidente Trump tuvieron una conversación prolongada para discutir lo que la prensa ha publicado recientemente”, dijo Sanders en un comunicado. “Los dos se reunirán el jueves cuando el presidente regrese a Washington”.

No está claro qué sucederá el jueves, porque el presidente se ha mostrado renuente a despedir personalmente a sus funcionarios.

Aunque el personal en la Casa Blanca ha cambiado mucho, Trump ha dejado con frecuencia la tarea de despedir en manos de sus subalternos, incluido Kelly. Por ejemplo, envió a su antiguo guardaespaldas a despedir al entonces director del FBI, James Comey, aunque Comey estaba fuera de Washington. En otros casos, Trump ha avergonzado en público y en privado a asistentes, presionándolos para que renunciaran por voluntad propia.

Trump, quien el viernes sugirió que eliminaría el “hedor que todavía sale” del Departamento de Justicia, no reveló públicamente ningún plan durante el fin de semana.

Hasta el domingo, Trump dijo que no había decidido qué hacer sobre Rosenstein. El presidente preguntó molesto a personas de su confianza, tanto dentro como fuera de la Casa Blanca, cómo debía responder. Y recibió mensajes encontrados. Algunos lo exhortaron a que despidiera a Rosenstein. Otros sugirieron paciencia hasta determinar si los reportes eran genuinos o si eran oba de algún adversario.

Legisladores tanto republicanos como demócratas, y algunos asistentes de Trump, han advertido desde hace meses al peesidente que no debe despedir a Rosenstein, alegando que tal decisión pudiera llegar a un juicio político si los demócratas retoman el control de la Cámara en las próximas elecciones legislativas de noviembre.

Si Rosenstein renuncia o lo despiden, el abogado del gobierno federal, Noel Francisco, el funcionario federal de más alto rango confirmado por el Senado por debajo de Rosenstein en el Departamento de Justicia, tomaría el control de la investigación de Mueller. Un portavoz de Mueller declinó hacer declaraciones al respecto.

Andrew McCabe, ex subdirector del FBI y cuyos memorandos privados documentan los comentarios de Rosenstein, dijo el lunes que le preocupa que una partida de Rosenstein pudiera poner el peligro la investigación.

“No hay nada más importante para el imperio de la ley que proteger la investigación del fiscal especial Mueller”, dijo McCabe en un comunicado.