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Estaban comprando leche y huevos cuando un agente las confrontó. ¿El error? Hablar español

Hablar español en público se está convirtiendo en una práctica arriesgada en Estados Unidos.

Dos ciudadanas estadounidenses denunciaron que fueron cuestionadas durante media hora por un agente de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que las escuchó conversando en español en la tienda de una estación de gasolina en la ciudad de Havre, Montana, a unas 35 millas al sur de la frontera con Canadá.

Ana Suda contó a varios medios que se detuvo con su amiga Mimi Hernández en la tienda de la gasolinera para comprar leche y huevos.

Cuando estaban a punto de pagar, las mujeres —que nacieron en Estados Unidos— fueron de repente confrontadas por un agente de CBP que les pidió su identificación y les dijo que salieran al área de las bombas de gasolina.

Suda entonces empezó a grabar un video en el que se le escucha preguntándole al agente por qué las está cuestionando. El hombre respondió “vine aquí y vi que estaban hablando español, lo que no se escucha por aquí”.

En el video, Suda alegó que el agente estaba haciendo “racial profiling”, o “caracterización racial”, un término que se usa para describir la detención o arresto de individuos por las autoridades policiales basados en la raza de las personas.

El agente negó rotundamente que las estuviera deteniendo por eso y agregó que “tiene que ver con que ustedes estaban hablando español en la tienda en un estado donde se habla predominantemente en inglés”.

En un comunicado a USA Today, CBP indicó que están revisando el caso para “asegurarse de que se siguieron todas las políticas apropiadas».

La agencia federal destacó además que aunque sus agentes trabajan principalmente en las fronteras, tienen “amplia autoridad policial y no están limitados a una zona geográfica específica”. También pueden interrogar a personas, hacer arrestos y tomar evidencia, agrega el comunicado.

“Estaba tan avergonzada… estar afuera en la estación de servicio, y que todos te miren como si estuvieras haciendo algo mal. No creo que hablar español sea un delito, ¿sabes?” dijo Suda al Washington Post.

La mujer agregó que su hija está muy perturbada por el incidente, al punto que le ha preguntado si ya no pueden volver a hablar en español. “No, debes estar orgullosa de que eres inteligentes, hablas dos idiomas”, fue la respuesta de la madre.

Suda contó que ella nació en El Paso, Texas, pero creció en la Ciudad Juárez, en México. Regresó a EEUU durante su adultez y ha vivido en varios lugares del país junto a su esposo e hija.

Su amiga Hernández es de California, agregó Suda, que afirma que está pensando tomar acciones legales. “No quiero que esto siga pasando”.

Este incidente ocurrió la misma semana que el abogado Aaron Schlossberg gritara a los empleados de un restaurante de Nueva York y los amenazara con llamar a la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) porque estaban hablando en español.

“Esto es Estados Unidos”, gritaba el hombre de acuerdo con un video grabado por una clienta y que se popularizó en las redes de inmediato.

Desde entonces, el abogado fue acusado formalmente ante la comisión disciplinaria que supervisa a todos los abogados del estado. Su bufete fue también desalojado del edificio donde se encontraba.

Decenas de miembros de la comunidad hispana de Nueva York protestaron frente a sus antiguas oficinas y casa, cantando La cucaracha, El rey y Cielito linto.