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Informe detalla efectos de reducción de personal diplomático de EEUU en Cuba

Desde que Estados Unidos retiró a casi todo su personal diplomático en La Habana en septiembre pasado, a raíz de los misteriosos incidentes que afectaron la salud de varios diplomáticos norteamericanos, ningún cubano ha sido admitido en Estados Unidos como refugiado y Washington probablemente no cumpla su compromiso anual de inmigrantes cubanos.

La reducción de personal también dificulta a los diplomáticos “cubrir desarrollos económicos y políticos significativos en Cuba”, mantener una relación con activistas de derechos humanos y miembros de la sociedad civil cubana, así como monitorear cómo el gobierno cubano trata a los emigrantes que regresara, según un memorando dado a conocer esta semana por el Servicio de Investigaciones del Congreso.

El Servicio funciona exclusivamente para el Congreso federal y ofrece análisis de políticas y jurídico a las comisiones tanto del Senado como la Cámara de Representantes, sin importar la afiliación política.

El memorando fue preparado a solicitud del representante Elliot L. Engel, demócrata por Nueva York, el miembro de más rango de su partido en la Comisión de Asuntos Extranjeros de la Cámara, quien quería información sobre el impacto de la reducción del personal. El informe se basó en parte en las conclusiones de una delegación de asistentes legislativos que viajó a La Habana a principios de agosto.

En el momento de la visita, la embajada tenía 14 empleados y varias plazas estaban cubiertas por oficiales del servicio exterior en asignaciones temporales o diplomáticos retirados como parte de un programa especial. Antes de la reducción de personal en septiembre del 2017, la embajada tenía más de 50 empleados.

La reducción ha significado la suspensión de la emisión de visas en La Habana, excepto los casos de emergencia.

La mayoría de los cubanos que solicitan visa de no inmigrante ahora tienen que viajar a una embajada o consulado estadounidense en otro país. El resultado, indicó el memorando, es que a los cubanos se les dificulta visita a sus familiares en Estados Unidos, algunos grupos culturales han tenido que cancelar sus presentaciones en Estados Unidos y a los emprendedores cubanos se les ha dificultado viajar a Estados Unidos.

Las entrevistas y el procesamiento de las visas de inmigrante han sido transferidas a la embajada estadounidense en Georgetown, Guyana. En el acuerdo migratorio de 1994 entre Estados Unidos y Cuba, Washington acordó emitir 20,000 visas de inmigrante a cubanos. Sin embargo, durante los primeros nueve meses del años fiscal 2018 se concedieron menos de 4,000 visas de inmigrante a cubanos, según el memorando.

La reducción de personal también llevó al cierre de la sección de refugiados en la embajada. “Funcionarios de la embajada calculan que demoraría entre dos y tres años reanudar las operaciones en La Habana”, indicó el memorando. “Como resultado, ningún cubano ha sido admitido en Estados Unidos en calidad de refugiado desde septiembre del 2017”. En el año fiscal 2017, al menos 177 cubanos fueron admitidos como refugiados en Estados Unidos.

El personal se redujo en dos terceras partes después que varios diplomáticos comenzaron a reportar síntomas médicos, como pérdida de la audición, mareos, dolor de cabeza y problema cognitivos, así como fatiga e insomnio, a veces acompañados de sonidos agudos y sensación de presión. No todos tuvieron los mismos síntomas, sino una combinación de ellos.

Dos investigadores de la Universidad de Pennsylvania que examinaron a los afectados confirmaron que habían sufrido síntomas de lesiones cerebrales o conmoción cerebral, pero eso no estaba acompañado por traumas. Esas investigaciones siguen su curso.

El Departamento de Estado ha calificado los incidentes de ataques contra la salud, pero no ha acusado al gobierno cubano d estar detrás de los incidentes. La Habana, que realiza su propia investigación, niega que tenga algo que ver con lo sucedido.

Un total de 24 diplomáticos experimentaron síntomas entre noviembre del 2016 y agosto del 2017, y dos casos nuevos se reportaron esta primavera, que fueron confirmados en junio. La causa, la fuente o la tecnología que pueda haberse usado siguen siendo un misterio.

Las autoridades estadounidenses han fijado en 18 la cifra máxima de personal que puede haber en la embajada. “Un reto para la embajada es que la mayorías de las plazas están limitadas a un año, lo que dificulta la continuidad de las operaciones y la familiarización de trabajar en Cuba”, expresa el memorando. Algunos de los diplomáticos que permanecen en la embajada han tenido que asumir muchas funciones adicionales.

La falta de personal se suplementa con la contratación de cubanos, pero el informe indica que con tan pocos diplomáticos en la embajada, capacitar a estas personas es un reto. También resulta difícil mantener 45 residencias con tan pocas personas. Pero el memorando indica que la embajada se muestra renuente a entregarlas “porque no hay garantía de que las pueda recuperar en el futuro”.

La reducción de personal también ha afectado las actividades de acercamiento de la embajada y la capacidad de informar desde el terreno, agrega el memorando.

“Con nuevos desarrollos, como el hecho que hay un nuevo presidente en Cuba, nuevas normas sobre el sector privado cubano y en momentos que el país está en proceso de actualizar su constitución, Estados Unidos puede beneficiarse de una embajada con su personal completo y la capacidad de analizar éstos y otros desarrollos en la isla”, agrega el documento.

No tener suficientes oficiales del servicio exterior que se ocupen de la situación de los derechos humanos en Cuba también “reduce potencialmente la capacidad del Departamento de Estado de comprender la situación en el terreno y reportar sobre desarrollos”. Antes de la reducción de personal había dos diplomáticos centrados en los derechos humanos.

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