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La Justicia no logra un veredicto sobre el policía que mató a un negro desarmado por la espalda

Ante la ausencia de veredicto, el juez de Charleston que lleva el caso decidió paralizar el juicio. La Fiscalía podría presentar de nuevo una acusación contra Slager o el policía podría llegar a un acuerdo que evite un nuevo proceso. En caso de haber sido declarado culpable, el agente, que tenía 33 años en el momento del tiroteo, podría haber sido condenado por asesinato u homicidio. Eso puede suponer desde una pena de dos años de prisión a cadena perpetua. En paralelo, el Gobierno federal debe decidir si actúa contra él por violación de derechos civiles.

El jurado -compuesto por 12 personas, 11 blancas y una negra- anunció a finales de la semana pasada que le faltaba un voto para considerar culpable por unanimidad a Slager, que salió de la cárcel el pasado enero al abonar una fianza. Uno de los miembros del jurado comunicó el viernes al magistrado, sin entrar en detalles, que no podía “en buena consciencia considerar un veredicto de culpabilidad”. Esa opinión presumiblemente no cambió este lunes, lo que forzó la suspensión del proceso.

La Fiscalía consideró que el policía había actuado fuera de la ley al disparar contra Scott, que tenía 50 años, al tiempo que esgrimió que la víctima no debería haber huido del vehículo. La defensa del agente alegó que no tuvo alternativa a abrir fuego tras considerar que la víctima quería atacarlo al echarse a correr a la desesperada.

En otros casos de muertes por disparos policiales de personas desarmadas, la Justicia estadounidense ha exonerado a los agentes alegando que actuaron en defensa propia. Pero el de Scott es un caso insólito por la existencia de una grabación ciudadana que revela la brutalidad de los disparos.

Slager paró a Scott por tener un piloto del coche roto en un aparcamiento frente a una tienda en una desangelada avenida comercial de North Charleston. Cuando el agente volvió temporalmente a su coche, el conductor salió del coche y se echó a correr ante el miedo a ser multado. Llegó a un pequeño parque que hay detrás de la tienda y allí, mientras huía sin mirar hacia atrás, el policía abrió fuego ocho veces a unos cinco metros de distancia. Tres tiros alcanzaron su espalda, uno de ellos atravesando el corazón.

La grabación contradijo la primera versión dada por el policía del incidente, como que la víctima había intentado quitarle su pistola eléctrica, por lo que se vio forzado a disparar para defender su vida.

Las imágenes, capturadas por un transeúnte, afianzaron el fenómeno en EE UU de destapar casos de brutalidad policial gracias a grabaciones de teléfonos móviles tras la polémica y confusa muerte de un joven afroamericano desarmado en agosto de 2014 en Ferguson (Misuri) a manos de la policía.

El debate sobre el trato de la policía con los negros no se ha disipado. En Charleston, una ciudad conocida por sus tensiones raciales y la agresividad de la policía, la muerte de Scott desató una tormenta que, la falta de decisión del jurado, posiblemente arreciará.