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La ONU reprueba a Trump por el veto «ilegal» y su defensa de la tortura

Ginebra, 30 ene (EFE).- La ONU llamó hoy la atención al presidente de EEUU, Donald Trump, al considerar «ilegal» y «mezquino» el veto temporal a la entrada al país de ciudadanos de siete naciones de mayoría musulmana, y pedirle que no autorice ningún método de tortura como técnica aceptable en interrogatorios.

Es la primera vez que la ONU se pronuncia directamente y con declaraciones tan claras sobre las polémicas decisiones del nuevo Gobierno de EEUU y le recuerda que también el nuevo presidente debe aplicar y respetar los derechos humanos.

El toque de atención se ha producido por boca del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Ra’ad Al Husein, el más alto responsable de la organización en pronunciarse hasta el momento sobre el veto de Trump.

Zeid escribió en un mensaje de la cuenta de su oficina en la red social Twitter que «la discriminación basada únicamente en la nacionalidad está prohibida bajo la ley internacional de los derechos humanos», con lo que calificó de ilegal la medida de la nueva Administración estadounidense.

En opinión del diplomático, «el veto estadounidense es también mezquino y desperdicia los recursos necesarios para una lucha antiterrorista adecuada».

La orden ejecutiva firmada el viernes por Trump suspende durante 90 días la concesión de visados y prohíbe la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, al tiempo que frena todas las acogidas de refugiados durante 120 días.

Apenas un día después de comenzar a aplicarse, una jueza federal bloqueó este sábado parte de la medida, decretando que los refugiados u otras personas afectadas por la orden y que han llegado a aeropuertos estadounidenses no pueden ser deportados a sus países.

Según la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU), entre 100 y 200 personas fueron detenidas a su llegada a EEUU.

El sábado, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Mundial de la Migración (OIM) pidieron a Washington que mantenga «su larga tradición» de proteger a los que huyen de conflictos, pero evitaron criticar abiertamente la nueva política de restricción de entrada refugiados e inmigrantes al país.

En los últimos años, EEUU ha sido uno de los países que ha admitido más refugiados para su reasentamiento, junto con Canadá, Australia y los países nórdicos, y también ha sido el mayor contribuyente de ACNUR con 1.500 millones de dólares el año pasado.

Desde octubre pasado (coincidiendo con el inicio del actual año fiscal en EEUU), las autoridades estadounidenses han admitido a 25.600 refugiados, en tanto que el ejercicio precedente (de octubre 2015 a septiembre 2016), recibió casi 85.000 refugiados, según datos de la Oficina de Población Refugiada de este país.

ACNUR ya se pronunció el pasado miércoles sobre otra orden ejecutiva firmada por Trump, la que destina fondos federales a la construcción del muro con México.

Aseguró en concreto que «seguirá de cerca el impacto de esta decisión en las personas que buscan refugio en EEUU».

La decisión de la Casa Blanca ha tensado las relaciones entre EEUU y México, cuyo Gobierno no solo se niega a financiar el muro, sino que no descarta denunciar a su vecino ante la ONU.

El secretario (ministro) de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, señaló en una entrevista televisiva que «en este momento lo único que hay son declaraciones, no hay propiamente un hecho concreto que denunciar, pero no descartamos ninguna opción».

La ONU también se pronunció hoy sobre las declaraciones de Trump el pasado miércoles en una entrevista en la que dijo que las técnicas de interrogatorio utilizadas en el pasado en la lucha contra el terrorismo y que son consideradas tortura «funcionan».

El relator especial de la ONU sobre Tortura, Nils Melzer, apeló «con urgencia» a Trump para que considere con cuidado no solo las obligaciones legales de EEUU, la doctrina y la tradición, sino también la visión legal y moral consolidada en la comunidad internacional antes de reintroducir métodos de interrogatorio que están más asociados con el barbarismo que con la civilización».

El experto independiente advirtió de que otros países seguirán a Washington si reintroduce la tortura, lo que provocaría «consecuencias catastróficas alrededor del mundo».

El expresidente Barack Obama firmó órdenes ejecutivas al llegar a la Casa Blanca en 2009 para poner fin a esas prácticas, mientras que el Senado legisló en contra de esos métodos en 2015.