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La OTAN y la UE cooperarán en la lucha contra los ciberataques y la desinformación

La OTAN suma fuerzas con la UE para hacer frente a las amenazas del siglo XXI. Las dos organizaciones aprueban este martes –por separado- una lista de 40 tareas en las que cooperarán a partir de ahora. Entre ellas destaca un ámbito aún poco desarrollado: la lucha contra los ciberataques, la desinformación y otras fuentes de desestabilización que sufren hoy muchos miembros de ambas organizaciones (22 países integran las dos).

Tres países aliados (Estados Unidos, Reino Unido y Alemania) han informado ya a sus socios en la OTAN de que han sufrido ataques cibernéticos por parte de un “agente extranjero”, aseguran fuentes diplomáticas. El más sonoro es el que afectó al sistema informático del Partido Demócrata estadounidense poco antes de las elecciones. Washington acabó acusando a Rusia, aunque no hizo públicas evidencias. Tampoco las tienen el resto de países, que apuntan siempre a una conexión rusa en estos episodios, aunque sin poder señalar al responsable.

Los ministros de Exteriores de la OTAN están reunidos en Bruselas y escenificarán esta nueva cooperación mediante un encuentro con la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini. “El vínculo transatlántico es más importante que nunca, en un momento en que hay amenazas híbridas y cibernéticas. Y la mejor forma de responder a eso es reforzando la cooperación entre la UE y la OTAN”, ha destacado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, antes de la reunión.

Adiós a Kerry

Con la reunión de ministros que concluye mañana, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se despide de la OTAN. La estrategia que marcará la nueva Administración en una organización siempre liderada por Washington suscita más de una incógnita en la Alianza Atlántica. El ministro español, Alfonso Dastis, se reunirá esta tarde con Kerry para hablar de la relación bilateral.

Las dos organizaciones se dividirán el trabajo en áreas. La Alianza se ocupará de supervisar las amenazas en el ámbito militar, mientras la UE se centrará en el ámbito civil (seguridad de las infraestructuras, combate a la desinformación…). “Hay mucho margen para la cooperación. Hay que dar resultados concretos de manera discreta”, instó el embajador estadounidense ante la OTAN, Douglas Lute. A la vista del impacto que logran algunas de estas estrategias –con la diseminación de rumores falsos por redes sociales o con ciberataques a puntos sensibles como la Comisión Europea-, tanto Europa como la Alianza tienen aún mucho que hacer para controlar las amenazas.

Ejercicios militares

Ambas instituciones comenzarán a coordinar ejercicios militares desde el año próximo. Los que realice la OTAN (por ejemplo, los vinculados a ciberamenazas) contarán con un observador de la UE y viceversa. La Alianza liderará esa estrategia el año próximo y la Unión, en 2018.

Más allá de los ámbitos concretos, la mera colaboración entre dos organizaciones que han vivido de espaldas durante años ha tenido que superar muchos recelos. En primer lugar, por parte de los llamados países neutrales, que forman parte de la UE pero no de la OTAN y que ven en esta estrategia un modo de acceder a la Alianza por la puerta de atrás. Son Austria, Irlanda, Suecia y Finlandia, aunque la cercanía de estos dos últimos respecto a Rusia ha reforzado su deseo de acercarse a la Alianza en los dos últimos años.

Chipre, también ajeno a la organización, plantea problemas pero por el lado turco. Ankara, integrante de la OTAN, recela de reforzar la cooperación con la UE porque no quiere compartir información con Chipre (los dos países están enfrentados por el conflicto que dividió al país en dos tras la ocupación en 1974 del norte de la isla por fuerzas turcas).

Tras la reunión con la representante europea, los ministros de Exteriores dedicarán la cena a la enésima discusión sobre Rusia, un país al que consideran responsable de muchas de estas maniobras de lo que denominan guerra híbrida (sin los elementos convencionales de un ataque). Al mismo tiempo, los aliados saben que es crucial mantener el diálogo abierto con un país cuya influencia internacional es indudable (en Siria, pero también en el seno de Europa). La OTAN intentará celebrar en breve otra reunión del Consejo OTAN-Rusia, el órgano que reúne a los dos bloques y que permaneció inactivo en el periodo posterior a la anexión de la península ucrania de Crimea por parte de Rusia.