Grietas en la tierra escupen flujos de lava que serpentean por la Isla Grande de Hawai y a su paso devoran casas y árboles, cruzan las autopistas y llegan hasta el océano.
Nuevos peligros surgen y los residentes que han atestiguados más de dos semanas de erupción del volcán Kilauea empiezan a cansarse.
En sus barrios rurales, han observado la lava supurar, restallar y salir disparada. Han visto cómo caen cenizas de la explosiva cumbre del volcán y se han puesto máscaras para proteger sus pulmones.
ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 19 de mayo de 2018, Brittany Kimball observa lava que brota de una fisura cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
Jae C. Hong, Archivo AP Foto
El gas nocivo siempre está presente y ahora un nuevo peligro: una neblina de lava que se ha formado en la costa mientras los ríos de fuego se sumergen en el océano.
ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 20 de mayo de 2018, se observa vapor mientras cae lava al océano cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
Jae C. Hong, Archivo AP Foto
La interacción envía enormes nubes de ácido clorhídrico y partículas de vidrio que pueden provocar irritación en la piel y ojos, e incluso daño pulmonar.
Los científicos desconocen cuándo acabará el Kilauea con su destrucción, pero deambulan hipnotizados por la isla de Hawai mientras dicen que no está claro si es el principio o el final de la erupción.
ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 5 de mayo de 2018, lava consume una carretera frente a una diosa del volcán en la subdivisión de los estados Leilani cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
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ARCHIVO – En esta fotografía del 11 de mayo de 2018, Hannique Ruder, una residente de la subdivisión de los estados Leinali de 65 años, está parada sobre un montículo endurecido de lava cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
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ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 18 de mayo de 2018, se observa a la Guardia Nacional de los Estados Unidos Orlando Corpuz, izquierda, y John Linzmeier, mientras supervisan grietas en la carretera en la subdivisión de los estados Leilani cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
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ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 20 de mayo de 2018, el coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Chuck Anthony, está parado a un lado de un muro de lava que cae al océano cerca de Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
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ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 8 de mayo de 2018, una persona desalojada carga una caja con aguas de un improvisado centro de donación en Pahoa, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
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ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 10 de mayo de 2018, visitantes observan la cima del cráter del volcán Kilauea afuera del museo Jaggar en el parque nacional Volcanes, Hawai. Nubes blancas de ácido clorhídrico y partículas de vidrio suben mientras roca fundida del volcán Kilauea se sumerge en el océano, lo que representa otro peligro de la erupción que comenzó hace más de dos semanas.
Jae C. Hong, Archivo AP Foto
