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Melania Trump promete combatir intimidación en redes pese a escepticismo

La primera dama de Estados Unidos Melania Trump dijo el martes que está comprometida a combatir el acoso cibernético pese a las críticas que recibe por la manera como su esposo rutinariamente ataca a sus enemigos y les pone apodos.

«Estoy consciente de que la gente no cree que debo discutir este tema», dijo. «He sido criticada por mi compromiso hacia este asunto, y sé que continuaré. Pero (eso) no me detendrá de hacer lo correcto. Estoy aquí con un objetivo: ayudar a los niños y a nuestra próxima generación», señaló.

Trump hizo la declaración durante una mesa redonda con ejecutivos de las principales compañías en línea y redes sociales en la Casa Blanca, convocada para hablar del acoso cibernético y de la seguridad en internet.

El encuentro tiene lugar más de un año después de que la señora Trump anunciara que combatir la intimidación en las redes sería su causa si su esposo fuera elegido presidente.

Su decisión fue inmediatamente criticada, pero Melania Trump dijo que no la abandonaría.

El martes, dijo que recibe muchas cartas de niños que han sido intimidados o se sienten amenazados en las redes sociales, y reconoció que el tema ha sido estudiado por años. A los ejecutivos, les dijo que quiere escuchar «lo que han aprendido, lo que se ha logrado y el progreso que necesita hacer».

«Creo que juntos podemos hacer una verdadera diferencia para alentar comportamientos positivos en las redes sociales», agregó la Primera Dama estadounidense.

Melania Trump, habla con ejecutivos de redes sociales y empresas de internet sobre el acoso cibernético.

Representantes de ​Amazon, Snap, Facebook, Google, Twitter y Microsoft estuvieron presentes, así como la Asociación de Internet y el Instituto de Seguridad de la Familia en Línea.

Las principales compañías tecnológicas tienen estrictas políticas que prohiben el acoso y la intimidación en sus servicios, pero mayormente confían en los usuarios para que reporten abusos y tomar medidas para combatirlos.

Las políticas contra el acoso cibernéticos están claramente explicadas en secciones especiales y mensajes, como lo hace Facebook, la mayor red social de internet. Instagram, un servicio popular entre los niños y adultos jóvenes para compartir fotos y videos, incluye enlaces a la página anti-acoso del gobierno estadounidense y consejos de un centro de investigación contra la intimidación.

Pero los esfuerzos no han dado resultado, por lo que los abusos son rampantes y algunas compañías reconocen que éstos han llevado a usuarios a dejar las redes o los han atormentado.

Twitter, que tiene 68 millones de usuarios en Estados Unidos, prometió el año pasado perseguir a quienes escriban mensajes de odio. La compañía con sede en San Francisco adoptó políticas para proteger a las mujeres cuyas fotos desnudas habían sido distribuidas en internet con o sin su consentimiento, una práctica común de intimidación.

Yik Yak, una aplicación de mensajería que fue popular por un tiempo entre estudiantes de secundaria y de universidad, cerró el año pasado en parte porque las escuelas la prohibieron tras quejas sobre intimidación y acoso.

El acoso cibernético se produce de muchas maneras, una de las tácticas más comunes es subir fotos escandalosas o vergonzosas acompañadas de mensajes crueles, o escribir un mensaje sobre alguien y compartir imágenes de pantalla de algo que al menos una persona pensó que era un texto privado.

La intimidación está extendida entre los adolescentes e incluso los adultos. Un estudio del Centro de Investigaciones Pew el año pasado, encontró que un 41 por ciento de los adultos estadounidenses cree que ha sido acosado en línea.

La popularidad y el volumen del contenido en las principales redes sociales representa un gran desafío para supervisar lo que se comparte. Facebook, por ejemplo, tiene 2,1 millones de usuarios que juntos comparten miles de millones de mensajes diariamente. Más de 300 horas de video son subidas a YouTube en Google cada minuto.

Las compañías también están constantemente tratando de balancear el deseo de evitar el acoso cibernético y otros abusos con el compromiso de la libertad de expresión.

En algunos caso, ellos consideran la intimidación y siguen mirando para otro lado. Por ejemplo, algunos de los tuits más crueles del presidente Trump han sido ridiculizado y denigrado abiertamente a personas, llevando a usuarios a pedir a Twitter que le cierren la cuenta y lo retiren del servicio. Pero Twitter ha rechazado los llamados, alegando que los tuits del presidente tienen valor noticioso lo que eclipsa las quejas acerca de que él es un acosador.

No existe una ley federal que se aplique al acoso en línea. Las leyes estatales varían desde requerir a las escuelas públicas que tengan políticas contra la intimidación a requerir sistemas anónimos para reportar el acoso, dice Sameer Hinduja, co-director del Cyberbullying Research Center (Centro de Investigación del Acoso en Línea) y profesor de Criminología en la Universidad Florida Atlantic.

El gobierno federal puede ayudar a las escuelas dándoles más herramientas y dinero para programas contra el acoso dijo Hinduja.

A finales de la campaña presidencial de 2016 la señora Trump anunció en un discurso que su prioridad como Primera Dama sería luchar contra el acoso cibernético.