La futura primera dama de EE.UU. desea quedarse en la Torre Trump, en Nueva York, pero los neoyorquinos no quieren costear sus gastos de seguridad.
Desde que salió a la palestra la noticia de que la esposa del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quiere permanecer en la residencia del matrimonio en la ciudad de Nueva York (este), una petición contraria a esta decisión ha ido ganando apoyo entre los contribuyentes neoyorquinos que tienen que costear dicha protección.
La demanda colectiva fue lanzada en la plataforma Change.org, la misma que hasta ahora ha sido firmada por más de 100.000 personas que se manifiestan rotundamente en contra de tener que pagar la suma estimada en un millón de dólares diarios que implica la estancia de Melania Trump en su lujosa residencia.
En este contexto, los neoyorquinos exhortan al gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde, Bill de Blasio, que se nieguen a pagarle al magnate multimillonario la suma que costaría la protección de la futura primera dama estadounidense, mientras permanece en el apartamento en la Torre Trump.
Los firmantes alegan que en cuanto Donald Trump jure su cargo presidencial, el próximo 20 de enero, corresponde que su esposa se instale en la residencia oficial para los presidentes estadounidenses, es decir: la Casa Blanca, en Washington D.C.
Por tanto, esta decisión de Melania es personal y el coste del equipo de seguridad que se le asignaría, no deberían ser abonado por erario público, sino debería salir de las cuentas corrientes tan abultadas de la futura pareja presidencial.
Melania Trump quiere permanecer en la Gran Manzana por su hijo Barron, de 10 años, que estudia en un colegio privado en la isla de Manhattan, en Nueva York.
El portavoz de Trump, Jason Miller, señaló que la pareja no quiere sacar a su hijo del colegio a mitad del año escolar, según cita el diario estadounidense The New York Times.
No obstante, los neoyorquinos se mantienen firmes respecto a la permanencia de Melania en la ciudad y señalan que la misma debería ser costeada por la propia pareja, mientras que los dólares de los contribuyentes deberían ser utilizados para mejorar la ciudad y la vida de todas las personas que residen allí, no de una sola persona.
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