Los manifestantes se reunieron desde Nueva York a Los Ángeles el jueves para advertir a la Casa Blanca que no interfiera con la investigación del abogado especial Robert Mueller sobre la presunta intromisión rusa en las elecciones de 2016.
Las protestas tuvieron lugar después del despido del fiscal general Jeff Sessions el miércoles.
En Times Square en Nueva York, miles de personas marcharon con carteles que decían: “Manos fuera de Mueller».
Manifestantes también se reunieron frente a la Casa Blanca, exigiendo que se permitiera a Mueller completar su investigación.
Sessions se había retirado de la investigación de Rusia, lo que ha enfurecido a Trump.
El fiscal general interino Matt Whitaker, ex jefe de personal de Sessions, ha criticado la investigación, pero ahora la supervisará.
Jamie Raskin, representante por Maryland en el Congreso de Estados Unidos dijo que: “Queremos que el presidente sepa, y queremos que el «llamado» fiscal general sepa que estamos tratando a la Casa Blanca, y que tratamos al Departamento de Justicia como una escena del crimen».
Los manifestantes dicen que apoyan la integridad del Departamento de Justicia y otras instituciones estadounidenses.
«Respeto la ley y soy una persona dedicada a la Constitución, y creo que lo que está sucediendo hoy es indignante», indicó Gerard Harris, un juez retirado.
El presidente Trump dice que no hubo participación rusa en su campaña y calificó a la investigación como una caza de brujas.
Los manifestantes advierten que la posibilidad del despido de otro funcionario del Departamento de Justicia cuyo trabajo puede estar bajo amenaza, el vice fiscal general Rod Rosenstein, desencadenaría protestas más grandes.
